Zaragoza

El Manso Inquilino

Casi todos los años ocurre de igual forma. Siempre se erige como protagonista algún hecho y tiempo atrás alguna de las reses que se lidian durante las fiestas. Por sacar a colación, quien no recuerda la famosa “ aceitera”, aquella vaca que se apropio del aceite que guardaba en casa Morón.

Pero quien de verdad tuvo gran protagonismo, sin duda fue un cabestro de gran acometividad al que se le dio suelta. Ocurrió el año 1932. Durante la capea de vaquillas que se celebro con motivo del último día de fiestas de aquel año, se había contratado a un famoso novillero de la época, Tomás Salcedo, que se presentaba con el apodo de “ el cubanito”. No tenía otra misión que matar dos novillos esa tarde.



En los corrales se hallaban dos mansos para el servicio de la plaza y uno de ellos se caracterizaba por su acometividad. Los mozos pidieron a coro la suelta del morlaco gigantesco y huesudo y tal y como lo describe el escritor tudelano José Mª Iribarren, propietario de una cuerna terrorífica.

Una vez el animal en la plaza puso con sus acometidas en franca fuga a sus libertadores y arremetió a cuantos se le pusieron por delante. Uno de los pastores de la ganadería de quien eran las vaquillas trato de hacer volver al animal a los corrales, pero el manso persiguió al hombre, obligándole a buscar refugio en casa de la Melchora, subiendo tras él escaleras arriba hasta el segundo piso. En la casa se habían instalado numerosas mujeres y niños dispuestos a presenciar el espectáculo del cubanito desde sus ventanas, proporcionando sustos mayúsculos no cesando los gritos y desmayos en un largo rato.

Ante tal situación, no hubo mas remedio que llamar a cubanito que tuvo que subir hasta la cocina de la casa y, a punta de capote, obligar a regresar al monstruo a los medios de la plaza, atronando los aplausos al torero, tal como describe el citado Iribarren.

Según cuenta el mencionado autor, dos días mas tarde habló con el “ cubano” y refiere. “ Para él no existía la hazaña. Al fin y al cabo, acudió esa tarde a Ablitas a matar dos novillos, no a desahuciar al manso.

FELICES FIESTAS.