Tudela

El lujo de las pochas

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Gastronómicamente hablando, si hay algo que se identifique más con la huerta de la capital ribera, además de los cogollos y la alcachofa de Tudela, esto es la alubia pocha de la Mejana. El paso de los años ha hecho que su producción se reduzca a una docena de huertos familiares y su siembra se realiza entre finales de abril y principios de mayo, lo que garantiza su recolección para el mes de julio, coincidiendo con las Fiestas de Santa Ana. Por estos días, es cuando las pochas de Tudela ocuparán un lugar de honor en las cartas de casi todos los restaurantes riberos, y vecinos y visitantes disfrutarán degustando este placer culinario.

Precio en el aire

Pero, salvo los hortelanos tudelanos, verdaderos artesanos de la pocha por herencia familiar, que año tras año se esmeran en el cuidado de este cultivo, con el fin de llevarlo hasta nuestras mesas, poco se sabe acerca de la producción de pochas en la Ribera y de algunos de los secretos mejor guardados por estos productores locales, entre los que se encuentran José Luis Navarro Sanz, de 67 años de edad, y Alfredo Montes, de 69.

Algunos secretos

En la actualidad, ambos destinan al cultivo de la pocha de Tudela en torno a un robo de tierra de superficie, cada uno, en dos parcelas ubicadas en el término de Traslapuente. De esta superficie obtendrán, si no hay sorpresas y se cumplen las previsiones, unos 200 kilos de pochas cada uno que más tarde comercializarán en pequeñas tiendas de la capital ribera, a un precio todavía sin concretar. “El año pasado estaban a 3 euros el kilo, aproximadamente, pero supongo que este año bajarán algo porque el campo va para abajo”, expresó resignado José Luis Navarro, uno de los dos agricultores tudelanos, que a su vez se mostró convencido del futuro poco halagüeño de este tradicional cultivo de Tudela y del campo, en general. “El campo no tiene ningún valor, tiende a desaparecer al igual que la pocha, que ya no será lo mismo cuando la docena de agricultores que ahora nos dedicamos a su cultivo dejemos de hacerlo”, dijo José Luis Navarro.

Sus grandes propiedades

Uno de los secretos mejor guardados por los agricultores tudelanos es, sin lugar a dudas, la procedencia de las semillas de pochas que, año tras año, cultivan con cariño. “En su día se le ocurrió a alguien congelarlas y ahora se procede siempre así”, confesó Alfredo Montes. Así pues,cada agricultor se guarda una pocas muestras de pochas, de año en año, que almacena en el congelador y que procede a sembrar entrada la primavera. Y una vez sembradas, según las recomendaciones de los propios hortelanos tudelanos, además de mucho mimo, la pocha sólo requiere que la tierra esté siempre húmeda (en lenguaje coloquial los agricultores la denominan tierra “al tempero”) y un tratamiento constante contra plagas como la araña roja, el pulgón y el mildeu. Por último, cabe destacar que la recolección resulta un tanto trabajosa, tal y como indicaron los agricultores tudelanos, “porque requiere agachar mucho el riñón”. Sin embargo, una vez en la mesa, todo el esfuerzo se olvida. “Tradicionalmente, en Tudela se cocinaban con anguila porque había un gran excedente en el Ebro y le daba muy buen sabor a la pocha. Hoy es más habitual servirlas con almejas, con codornices o con un simple sofrito, que es como nosotros nos las comemos en casa”, concluyeron los dos hortelanos tudelanos