El monumento al Corazón de María, situado frente a la Torre Monreal, cumple este año su cincuenta aniversario desde su inauguración el 7 de octubre de 1956. Con tal motivo, una junta creada para la ocasión y presidida por el deán de la Catedral, Jesús Zardoya, ha organizado un programa conmemorativo que se llevará a cabo el próximo 28 de octubre.
La jornada comenzará a las ocho de la mañana con el Rosario de la Aurora, que saldrá de la Plaza Padre Lasa, y concluirá a los pies del monumento.
A las cinco de la tarde se celebrarán las bodas de oro con un acto en la explanada, ante el monumento, en el que se pronunciarán unas palabras de recuerdo, se cantarán jotas alusivas y se entregarán los premios del concurso de dibujos promovido en varios colegios de la ciudad acerca de este aniversario. Media hora más tarde habrá misa al aire libre, y el alcalde, Luis Casado, descubrirá una placa conmemorativa colocada a los pies del monumento.
Su historia
El último acto comenzará a las seis y media de la tarde, con el reparto de los tradicionales “bollos corazonicos” de Tudela, en la misma explanada. A los actos se ha invitado especialmente a los tres obreros de Ablitas que, a pico y pala, abrieron los cimientos del monumento. Se trata de Antonio Quintanilla, Crescencio Arriazu y José Mª Zardoya.
La junta está integrada también por Mª Ángeles Lahoz, José Mª Giganto, Enrique Zuazu, Vicente Aguado, Chente González y el párroco de la iglesia de El Salvador, Francisco José Laguardia, entre otros.
El monumento al Corazón de María se erigió gracias a la iniciativa de un grupo de tudelanos de varias asociaciones religiosas. La financiación se hizo por suscripción popular del pueblo tudelano.
La imagen es obra del escultor zaragozano Ángel Bayod y se compone de dieciséis piezas. El conjunto consiste en un obelisco esbelto, arriostrado por una cruz en forma de prisma troncocónico que descansa en un plinto circular. Su altura total alcanza 21,50 metros.
La obra tiene el siguiente significado: María abre los brazos hacia Tudela, y se encuentra en un cerro opuesto al monumento al Corazón de Jesús, que está bendiciendo la ciudad. Los dos abrazan y bendicen la ciudad y a sus ciudadanos.
