¿Le da tiempo al primer edil de conciliar los actos oficiales con los familiares?
En su mensaje del Programa de Fiestas de la Virgen de la Oliva comenta a sus vecinos que la hacienda del Ayuntamiento está saneada porque se ha gastado con prudencia. ¿Significa esto que no han tenido que hacer recortes en el Programa de Fiestas de este año como otros Ayuntamientos?
En realidad, los mayores recortes en fiestas los hemos hecho en los años anteriores, en las partidas de festejos taurinos y grandes eventos musicales sobre todo. La prudencia en el gasto ha sido una constante desde hace ya mucho tiempo, aunque, como ha ocurrido de manera muy generalizada en España, no hemos dejado de incurrir ocasionalmente en ciertas alegrías en el gasto, por ejemplo en las fiestas.
¿Qué acto o actos son los que más le gustan de las fiestas de su localidad, que considere y que no debiera perderse quien visite Ejea estos días?
Lo intento. No hay, por otra parte, demasiados actos oficiales en nuestra fiestas. En cuanto al disfrute de la fiesta en sí, en gran medida lo hago en compañía de mi mujer. Desde el punto de vista de un alcalde, la parte más ingrata consiste en estar pendiente de que todo transcurra con normalidad, sin percances ni sucesos indeseables.
Sr. Lambán, nos gustaría saber si vivir con esa "sobriedad solidaria", a la que hace alusión en su mensaje festivo puede ayudarnos a salir de la crisis.
Están bien las verbenas de los barrios y los conciertos de los grupos locales. En realidad, como pasa en cualquier pequeña ciudad, es el ambiente en sí mismo, sumergirse por unas horas en ese ambiente, lo que me parece más recomendable.
¿Qué mensaje quisiera transmitir a sus vecinos y a los visitantes de Ejea durante las fiestas?
Por supuesto y, sobre todo, puede ayudarnos a evitar otras crisis incluso mayores que la actual que, si no tomamos medidas, pueden estar a la vuelta de la esquina. La codicia, el enriquecimiento personal a cualquier precio, son conductas que hemos de reprobar públicamente e incluso tipificar en el código penal. Los principales responsables de la crisis tienen nombre y apellidos, no son un ente abstracto.
