El 14 de enero de 1773 los habitantes de Ejea de los Caballeros instituyeron la festividad de El Voto para agradecer la intercesión de la Inmaculada Concepción de María en el cese de una epidemia infectocontagiosa que había causado la muerte de 335 ejeanos, de entre ellos 183 niños.
En El Voto confluyen la devoción religiosa y la celebración cívica, pues es la única fiesta de Ejea de los Caballeros que tiene un conjunto de documentos legislativos municipales oficiales y en la que la sociedad ejeana, representada por su Ayuntamiento, tuvo un papel destacado.
Posteriormente, la Parroquia de Ejea recuperó la tradición de la Misa Mayor y la Procesión de El Voto. Estos dos preceptos, junto al ayuno del día 13 y la declaración de Fiesta Local, eran los compromisos que los ejeanos se hicieron para recordar este acontecimiento.
Desde hace varios años, el Ayuntamiento de Ejea de los Caballeros ha querido contribuir a complementar culturalmente los contenidos del día de El Voto con un doble objetivo. Por un lado, aprovechar la faceta cultural para programar actividades como las de este año: la exposición que, bajo el título "Tiempo sin tiempo", protagonizaron las artistas ejeanas Mónica Caudevilla, Mamen Garde y Noelia Caudevilla, así como la presentación de los trabajos de restauración realizados recientemente con el patrimonio artístico de la villa (Capilla del Sagrado Corazón, Retablo del Santo Cristo y Portada Occidental, todos ellos pertenecientes a la Iglesia del Salvador), sin olvidar la tradicional conferencia que, bajo el título “El Voto de Ejea de los Caballeros: de 1773 a nuestros días”, realizó el historiador José Luis Jericó.
