Tudela

Educar a través de la danza

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Tudelano de nacimiento y cirbonero de adopción, el que fuera bailarín de la compañía de Víctor Ullate, Ángel Martínez, sabía desde siempre que lo de crear una Escuela de Danza y Teatro para Tudela y la Ribera era algo que le correspondía hacer a él. Entre otras cosas porque tal proyecto requiere, como todo en la vida, no sólo ganas y buenas intenciones. También una adecuada formación académica y profesional que, en su caso concreto, le aportaron seguridad a la hora de asumir su decisión. Crear la escuela que dirige, colaborando con ello en la educación de la población ribera, a la par que formar a una buena cantera de artistas y, si es posible en un futuro, crear una compañía de nivel, “que nos honre”.

Así surgió la Escuela de Danza y Teatro Ángel Martínez, un centro homologado de enseñanza artística no reglada que abrió sus puertas en la calle Bardenas de Tudela en el curso 2005/06 y que constituye la segunda opción para el estudio de estas disciplinas en el ámbito de la Comunidad foral. La primera fue la Escuela de Danza de Navarra, creada en Pamplona en 1984. “El resto, todo lo demás, es sólo intrusismo”, afirma el propio bailarín. Y lo hace con conocimiento de causa, convencido de que la formación que existe en Navarra en materia de teatro y danza es “deficiente”, cuando paradójicamente se trata de una comunidad muy vinculada tradicionalmente a la música y el baile. “Mientras con la música nos hemos puesto a la cabeza y en todos los pueblos existe un conservatorio o una escuela en la que se imparte formación de calidad, con la danza no ocurre lo mismo- asegura Martínez- La gente se termina aburriendo y lo deja, y eso es porque la enseñanza que reciben no es buena”. Y lo aclara. “Igual que los alumnos de música no aprenden sólo a tocar partituras sueltas, sino que su formación incluye un amplio conocimiento de esta disciplina artística, los estudios de danza requieren ser tratados con la misma amplitud y rigurosidad. El público está muy confundido”, dice.

Brillante trayectoria

Bajo esta perspectiva, la Escuela de Danza y Teatro que dirige el propio bailarín cumple todos los requisitos para cubrir las necesidades de los estudios que oferta, un total de cuatro asignaturas oficiales, más otras tantas extraescolares, cuyas clases darán comienzo a partir del día 15, con un calendario escolar que se prolongará hasta junio de 2009. Así, forman la lista de materias oficiales la predanza para niños de 4 a 6 años; la iniciación a la danza a partir de esa edad; las danzas clásica y contemporánea de nivel académico hasta profesional a partir de los 8 años; y la interpretación, también, en todos los niveles. En todos los casos, el objetivo de la formación es que el alumno aprenda a valorar la danza como una forma de expresión cultural y corporal, aparte de llegar al dominio de esta disciplina. Al igual que en las clases de teatro, se les instruye “invitándoles” a hacerse correcciones unos a otros, como parte del aprendizaje y modo de fortalecer la personalidad del alumnado. Además, se hace un seguimiento personal de cada estudiante. En los grupos de nivel académico, hay unos objetivos ya más concretos en relación a lo que es el ballet y la disciplina de la danza y están diferenciados por cursos.Y es que, si bien en este centro es posible iniciarse en el mundo del ballet, la danza y el teatro, los alumnos que opten por dedicarse a ello a nivel profesional asegura Ángel Martínez que podrán hacerlo, recibiendo la formación y el asesoramiento necesarios. De hecho, la escuela dispone de una bolsa de trabajo para el alumnado que es enviada directamente por la Unión de Actores de Madrid.

La trayectoria académica y profesional de Ángel Martínez bien merece ser resaltada. Licenciado en el Conservatorio Profesional de Danza de Madrid en la especialidad de Coreografía e Interpretación, fue bailarín y posteriormente asistente coreográfico y directivo en la compañía de Víctor Ullate, para muchos críticos, una de las mejores del mundo. Como intérprete, comenzó en la escuela de Cristina Rota y ha tenido escarceos cinematográficos con la nueva cantera de actores del cine español, tales como Goya Toledo, Juan Diego Botto o Natalie Pozas u otros más veteranos, como Juanito Navarro.