E n los últimos tiempos la tendencia en decoración de interiores ha evolucionado desde los antiguos papeles estampados que vestían las paredes de todas las viviendas hasta las más modernas técnicas de la alta decoración (estucados y veladuras, combinaciones de tonos, estarcidos de grecas, etc). En la etapa del medio, el gotelé también tuvo su momento de protagonismo. De acuerdo siempre a los gustos impuestos por el consumidor, en los tiempos que corren se buscan más los planteamientos prácticos y económicos, a los que cada cual aporta su estilo propio y personal.
Una vez decididos a hacer un lavado de cara a las paredes de nuestro hogar tenemos 2 opciones: contratar a un profesional o hacerlo nosotros mismos. Si optamos por la primera, tendremos garantizado un trabajo bien hecho a cambio de un gasto de unos 1.200 euros para una casa tipo de 90 metros cuadrados, siempre que no se requiera reparar las paredes y se usen pinturas estándares. Por contra, si pintamos la casa nosotros mismos el ahorro que obtendremos puede rondar el 70 % pero el tiempo que nos supondrá realizar la tarea será muy superior.
Centrándonos en la opción de delegar en un profesional, el precio variará siempre en función de los metros cuadrados totales de pared, del estado en que se encuentren las mismas y de la pintura que se use. La más habitual suele ser la plástica porque, además de ser económica, ofrece un secado rápido, es lavable y posee un alto poder cubriente.
La recomendación de los profesionales es el uso de la pintura plástica para los techos, mientras que en las paredes se empieza a utilizar bastante la plástica satinada. Así lo pone de manifiesto uno de los muchos profesionales de este sector que trabajan en la capital ribera, Carlos Martínez Gómara, de Martínez Gómara Pintores R. C. Además, según el tudelano la tendencia viene dada así mismo por la total eliminación de cualquier tipo de moldura y una técnica que demanda el liso y el monocolor. Es decir, el uso de un sólo tono, que suele ser algún color neutro (gris claro, piedra, beige, blanco sucio...), combinado en espacios muy concretos con otro color de mayor intensidad (naranja, amarillo, rojo..) “Con un tono más intenso podemos resaltar una pared, un mueble...Lo habitual es la mezcla de tonos fríos con cálidos o los colores neutros con alguna técnica como el estarcido a la cal e incluso los zócalos de papel”, dice Carlos Martínez Gómara, para continuar asegurando que, según la opción que elijamos el incremento del precio puede alcanzar hasta un 100%. “Es el caso de los tonos que requieren tintes amarillos, como los naranjas intensos, o los colores de mucha intensidad que se encarecen bastante”. También algunas técnicas más trabajosas como el estuco a la cal, que se realiza a base de llana y cuyo precio oscila entre los 30 y los 60 euros el metro cuadrado, o las veladuras (imitaciones de estucos) que se realizan a partir de los 18 euros.
