Cerca de setenta voces, compuestas por el coro Joaquín Gaztambide, el coro de Santa María y otros vecinos de la localidad; junto a treinta instrumentos de la orquesta de Tudela, iniciaron el pasado lunes la novena de Santa Ana con la peculiaridad de hacerlo de nuevo en la Catedral de la capital ribera. “Es algo muy esperado, nadie pensaba que las obras duraran más de tres años. Hay más amplitud y se está más a gusto porque estamos más fresquitos”, destacaba el director del coro y de la orquesta, José María Lafuente.
Traslado y reapertura
Las tradicionales Vila, Gaztambide, el Himno de Tomás Jiménez y H. Eslava han sido las piezas elegidas para interpretarlas durante estos días, incluyendo una estrofa diferente, cada día, del himno a Santa Ana, el cual fue completado hace dos años con el hallazgo de varias estrofas. Además el día 26, “aprovechando el 250 aniversario de la muerte de Mozart y que es el día de la patrona, haremos una misa con orquesta”, señalaba Lafuente.
Además de en la novena, el coro Joaquín Gaztambide también fue protagonista durante el traslado de la patrona desde San Jorge hasta la Catedral. La imagen de la abuela de Tudela fue colocada en el Altar Mayor, de cara a los tudelanos, y desde allí recibió de parte de la coral, acompañada de forma espontánea por los presentes, los cánticos de su himno.
La banda de música, por su parte, estuvo presente durante los actos de reapertura del domingo, dando entrada al momumento a las autoridades políticas.
