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Casteldeterra busca fondos para un hospital de Ecuador

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Estos días se encuentra de visita en Tudela el médico e investigador de la Orden de los Capuchinos Manuel Amunárriz que recientemente fue galardonado con el Premio Navarra a la Solidaridad. A sus 78 años de edad, este religioso nacido en Fuenterrabía lleva buena parte entregado a una misión con indígenas de la Amazonia Ecuatoriana, en una zona de selva sin colonizar, ubicada en la región de Nuevo Rocafuerte, en el cantón de Aguarico. Allí se encuentra el Hospital Franklin Tello, un pequeño centro dotado con 24 camas, al frente del cual trabaja el capuchino desde 1970, y que da servicio a una población de 6.000 personas que luchan por enfermedades de lo más comunes aquí. Muchas de ellas niños. A su tratamiento médico y a la investigación de las enfermedades tropicales dedica Manuel Amunárriz gran parte de sus horas, lo que le ha valido el reconocimiento no sólo de la Comunidad Capuchina, sino de instituciones y organismos que han premiado su labor con innumerables galardones.

85.000 euros para un equipo de rayos X

Una labor altruista y ambiciosa que no podría llevarse a la práctica sin la colaboración y apoyo de ONGs e instituciones, muchas de ellas de la Ribera, a la que Amunárriz se siente especialmente apegado porque, según dijo, “desde aquí me están ayudando a hacer realidad algunos de mis proyectos”.

El último de tales proyectos es un equipo de Rayos X, cuyo coste asciende a 85.000 euros, que será costeado gracias a las aportaciones de la ONG Casteldeterra, que ya destina 5.000 euros anuales al mantenimiento de una lancha motora que es usada por el equipo médico del Hospital Franklin para evacuar a los enfermos en esa zona selvática, y del Ayuntamiento de Tudela, principalmente. También colaboran puntualmente con el capuchino los Consistorios de Cabanillas, Cascante y Castejón, cuyas últimas aportaciones han servido para dotar de un nuevo pabellón y de Internet al hospital que dirige Amunárriz.

En la actualidad, el hospital que dirige el capuchino pertenece a la Orden, pero gracias a un convenio con la Universidad de Quito los estudiantes de medicina de este centro son de gran ayuda en la labor que se presta en la zona.