La realización continuada y sistemática de cualquier deporte ha demostrado ser sumamente beneficiosa para la salud física y mental e incluso mejora notablemente nuestras relaciones sociales. Y es que, cuando practicamos ejercicio nos encontramos de mejor humor, más contentos con nosotros mismos y más dispuestos a afrontar nuevos retos. Y si encima el deporte es de equipo, hacemos amigos y ponemos en práctica actitudes como la empatía, la solidaridad o la lucha por objetivos comunes, que nos vendrán bien en cualquier situación vital.
La mayoría de las personas pueden beneficiarse de realizar una actividad física de mayor o menor intensidad. Obesidad, diabetes u otras afecciones físicas son a menudo esgrimidas como razones para no hacer deporte, sin embargo, la pereza o la expectativa de fatiga o dolor son los motivos reales. Según la OMS, la realización de actividad física de forma continuada prolonga la longevidad y protege de diferentes enfermedades. Los beneficios del deporte para la salud se pueden resumir en:
- Disminuye la posibilidad de fallecer por enfermedades cardiovasculares y previene la hipertensión y el colesterol.
- Mejora la digestión y la regularidad del ritmo intestinal.
- Disminuye el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer.
- Mejora el control del peso.
- Ayuda a mejorar la fuerza y la resistencia muscular, así como las articulaciones.
- Mejora la calidad y la cantidad del sueño, así como la imagen personal.
- Previene el estrés y mejora los síntoma de ansiedad y depresión.
- En personas mayores disminuye el riesgo de caídas y previene las enfermedades crónica.
Por otro lado, desde el punto de vista psicológico, el deporte ayuda a afrontar la vida con mayor optimismo y mejor disposición. Se ha demostrado que las personas que practican regularmente cualquier ejercicio o actividad física tienen una mejor respuesta ante la depresión, angustia, miedo y decepciones, y por otro lado, se fortalecen ante el aburrimiento, el miedo o el cansancio.
Infancia
Entre los posibles problemas derivados de la práctica deportiva, el más frecuente es el riesgo de lesiones musculoesqueléticas, aunque es fácil de evitar no haciendo excesos y calentando adecuadamente.
