El calendario advierte de que, con la llegada de la festividad de San Blas, los vecinos de Alfaro y de toda la ribera ya podrán comenzar a ver de vuelta a las cigüeñas de su viaje iniciático a África. Con el atractivo de contar con la colonia de cigüeña blanca más grande sobre un edificio, sobre los 3.000 metros cuadrados de cubierta de la Colegiata de San Miguel, Alfaro ha hecho de la zancuda uno de sus argumentos identitarios y turísticos.
Desde ese emblema, la localidad celebraba este pasado fin de semana el Día de la Cigüeña, tres jornadas impulsadas desde el Ayuntamiento con la gastronomía, las visitas al patrimonio y las actividades infantiles como razones para invitar a participar tanto a vecinos como a visitantes.
La ruta gastronómica a través de pinchos inspirados en la ave en doce de los bares habituales de la ruta en la localidad fue el eje sobre el que giró el fin de semana. Cientos de personas saborearon las propuestas planteadas por la hostelería, bien a la hora del vermú o de la cena, animados también por el inicio de la Muestra Nacional de Teatro Cómicos 2017.
En esta edición, el Ayuntamiento puso un especial énfasis en las actividades dirigidas a los jóvenes. Así, el centro joven abrió sus puertas en las tardes de sábado y domingo a todos los interesados hasta 12 años, fuesen socios o no, para dos talleres, uno de cocina sobre el rosco de San Blas y otro de manualidades sobre la cigüeña. Antes, en las dos mañanas, el Centro de Interpretación de los Sotos del Ebro ofreció un taller sobre la cigüeña, para aumentar el conocimiento de los niños.
Como colofón, y al hilo de la tradición, la plaza de España acogió en el mediodía del domingo el reparto del rosco gigante de San Blas, con 900 raciones a saborear de este dulce típico de estas fechas.
