Alrededor de 100 personas, la mayoría familiares de los 52 republicanos fusilados en el Corral de Valcaldera en el término municipal de Cadreita, se desplazaron desde el solar de la antigua cárcel de Pamplona hasta el mencionado paraje para rendir homenaje a los ejecutados, hace ahora 78 años bajo el lema ‘¿Dónde están nuestros muertos?’. Se ha querido simbolizar así el mismo recorrido y a la misma hora que hicieron en su día los fusilados.
Una vez en el lugar, del que ha desaparecido la corraliza existente, la Presidenta de la Asociación, Olga Alcega, se dirigió a todos los presentes y relató los hechos acaecidos hace 78 años. Alcega, pidió al Gobierno de Navarra que “el lugar sea declarado de Memoria Histórica porque lo más doloroso es que los restos aún siguen en paradero desconocido”.
Los hechos históricos
El 26 de agosto de 1936 fueron “puestos en libertad” en la cárcel de Pamplona 52 presos, la mayoría de Pamplona y Obanos, aunque también había uno de Larraga y el médico de Burguete.
A la salida del recinto penitenciario fueron detenidos y, maniatados, trasladados en camiones hasta el mencionado paraje siendo encerrados en el corral. Posteriormente fueron ejecutados y enterrados en una gran zanja de 3,5 metros de ancho por 7 de largo.
Al parecer, sólo hubo un superviviente, Honoria Arteta, que logró huir a pesar de haber sido alcanzado por una bala. Los cuerpos de los fusilados podrían haber sido trasladados al Valle de los Caídos en 1959, según informes emitidos por el Ministerio de la Gobernación, que afirma haber enviado a ese lugar 60 cadáveres no identificados, todos ellos exhumados en Cadreita.
El antiguo corral de Valcaldera ha desaparecido y tan sólo existe una granja en medio de extensos maizales. De los 52 presos fusilados, 48 están identificados, 3 sin identificar y un superviviente.
