Tudela-Valencia, en tres horas y media

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305 kilómetros por hora de velocidad punta, 270 de media

Mientras en Navarra y País Vasco se aguarda la llegada del AVE, la que será la guinda de una tarta que sigue añadiendo pisos, la Alta Velocidad, ya es realidad en Valencia. Bueno, Valencia y mucho más. Habrá desvío a Albacete; se creará, aprovechando el mismo trazado, el AVE Albacete-Cuenca-Madrid-Toledo. También, a través de la infraestructura convencional, con las máquinas de rueda desplazable, el viaje a Valencia se prolongará hacia Castellón.



Desde el 19 de diciembre, se puede llegar a la capital del Turia desde Madrid (y viceversa) en poco más de hora y media. En el tiempo que tardas en sortear el atasco de salida, otros ya se estarán dando un paseo por la playa de la Malvarrosa.

Madrid-Valencia, un tren llamado al éxito

“Es un trazado casi perfecto”, nos explica el maquinista Manuel Guerrero. “Salvo los problemas momentáneos que puede dar la acumulación de nieve”, comenta, “este trayecto es fantástico. Y en estas condiciones el tren es muy cómodo de conducir”. La verdad es que impresiona entrar en la cabina y mirar al frente, comprobar cómo casi no da tiempo a asimilar la distancia que se recorre en un suspiro. La sensación es casi mareante. “Se pasa rápido”, dice Manuel. Y es cierto.



En unos segundos ya te has hecho a la velocidad. Aún así, la

pregunta es obligatoria: ¿Cuánto tarda en frenar? “A esta velocidad, 300 por hora, el tren necesita 3000 metros para detenerse completamente. Y éste modelo es el que cuenta con mejores frenos”, nos confirma el conductor. Difícil prever un obstáculo en la vía a esa distancia. Pero eso sería algo muy raro. “En todos los años que llevo trabajando nunca me he encontrado con nada en las vías”, nos tranquiliza Manuel Guerrero. Todo el trayecto, no obstante, está completamente vallado lo que refuerza sobremanera la seguridad para los viajeros. Sólo hay que comparar los datos con otros medios de transporte. El tren gana y con mucha ventaja. De todas maneras, no está de más que extrememos la precaución si tenemos que cruzar las vías. Y si lo evitamos, aunque el tren con el que nos encontremos sea mucho más lento que el AVE, mucho mejor.



Talgo (Tren Articulado Ligero Goiocoechea Oriol) es la compañía que firma estos trenes rápidos. “Tecnología española y fabricación nacional. Es como para sentirse muy orgulloso y más en estos tiempos” nos cuenta uno de los técnicos de la empresa ferroviaria mientras revisa los parámetros del viaje. “El trayecto Madrid-Valencia es ideal, 391 kilómetros en hora y media es optimizar un transporte así”, nos indica. “Tudela es nuestro próximo objetivo. Para ese recorrido incorporaremos los AVES híbridos diésel/eléctricos. Nuestro próximo proyecto”, añade, “Arabia Saudí, en un trabajo junto a otras firmas españolas de infraestructuras y conducción”. Vaya. Tudela y la Península Arábiga no habían estado tan unidas desde la Edad Media.

Los ‘peros’

Francisco Cañamero, el gerente del corredor Este-Mediterráneo, no esconde su satisfacción. “El nuevo AVE va a multiplicar por dos la movilidad entre Madrid y Valencia. Crecerá la demanda inducida (viajeros que se animarán a hacer ese recorrido porque existe la posibilidad de hacerlo en un nuevo medio de transporte) y calculamos que esta línea será la de mayor éxito de los AVE españoles. Entendemos que el 60% de los clientes serán profesionales. El otro 40%, viajeros que tomarán el tren por ocio o vacaciones”.



Está claro que la oferta resulta atractiva con respecto a otros medios, como el autobús, más barato pero mucho más lento, o el avión. El transporte aéreo es más rápido, pero hay que sumar el traslado al aeropuerto, tiempos de embarque, etc. El AVE, por su parte, se toma en el centro de Madrid y te deja en el centro de Valencia. Las estimaciones son contundentes: el 55% de viajeros habituales entre Madrid y Valencia elegirán el AVE. “No se trata de competir”, comenta Francisco Cañamero, “sino de ampliar las posibilidades al viajero. Con el tren, además, lo que ofrecemos es tiempo. En el caso concreto del AVE, no sólo porque acerquemos las distancias y reduzcamos la duración del viaje, sino porque ofrecemos tiempo para uno mismo. El tren es cómodo y uno puede relajarse, leer, ver una película, tomar un café o, si lo prefiere, trabajar mientras se desplaza. Incluso se han solventado los problemas de cobertura telefónica que hemos detectado en algunos tramos en los viajes de prueba. MoviStar, Orange y Vodafone han trabajado a fondo para garantizar cobertura durante todo el recorrido.



De todas formas, son muchos los viajeros que nos han solicitado ‘vagones del silencio’, donde no se pueda hablar con el móvil

porque les resulta molesto. Estamos estudiando la idea”. De momento, Madrid y Valencia estarán unidos con 15 servicios de ida y vuelta a un precio máximo de 79 euros por trayecto.



En Valencia, la llegada del AVE se ha acogido con los brazos abiertos tanto como el mundo de posibilidades que se generan en torno a este nuevo servicio. “El AVE lleva ilusión”, comenta el gerente del corredor, Francisco Cañamero, “la misma que llevará a Tudela, a Castejón y a la Ribera de Navarra cuando llegue. Confío en que lo disfruten como nosotros lo estamos haciendo de este nuevo recorrido”. Recorrido que ya podemos disfrutar también. Porque si unimos el recorrido actual de los trenes Alvia entre Tudela y Madrid (poco más de dos horas) y el nuevo AVE a Valencia, nos plantaremos en el Levante en tres horas y media de viaje. Bien combinado en horarios, Valencia se pone a un paso.



El AVE, una buena idea

A lo mejor el AVE no es el ejemplo más ilustrativo, pero el tren en sí es uno de los transportes más sostenibles. En eso la Alta Velocidad también cuenta. Y más si se ha tenido sensibilidad medioambiental en su trazado. Lo que está claro es que, frente al transporte por carretera o por vía aérea, el impacto y la contaminación es mucho menor. Aún así, y precios a parte, que los hay para casi todos los bolsillos, el AVE tiene algunas pegas con respecto a otros trenes que van directas al bolsillo de los usuarios. Por otro lado, y más en una ciudad totalmente llana como Valencia, en el AVE no se pueden transportar bicicletas si no es empaquetada como un bulto más. Así que, salvo que se cuente con una plegable, habrá que pensar en desmontarla. Por lo menos, hasta que florezcan negocios de alquiler en las inmediaciones. Pero claro, necesitaremos algo más de presupuesto a la hora de programar el viaje.