Es un alto en el camino.
Una etapa que comienza,
otra etapa que se va.
Un encuadre maquillado
de una vida jubilosa
diseminando deseos,
de paz, de felicidad.
De luces, de villancicos,
de ternura en los encuentros,
de alegría,
de calor de intimidad.
Pero también,
de emoción en los recuerdos;
de nostalgias derramadas
en añoranzas ansiadas.
De ausencias sobrellevadas
con los asientos vacíos.
De dolor, de soledad.
Es sensación agridulce la vivencia en Navidad.