Carlos Mena no ha tenido que esperar mucho para volver de dejar claro que su pegada a balón parado sigue intacta. El interior derecho del Cirbonero respondió con creces el pasado domingo. Marcó el 1-1. Un gol que abría el camino a los suyos en el derbi frente al Corellano. Los locales vencerían 2-1.
Mena, ya de vuelta en la rutina semanal, todavía recuerda lo especial que fue saltar al césped del domingo. "Creo que desde el 'playoff' contra el Ayamonte no había tanta gente en el campo", asegura. "Notamos un gran ambiente, tanto de los nuestros como de la gente de Corella, que llevaba mucho tiempo esperando este partido", añade.
El tanto inicial de Mugueta para los de Corella no amilanó a un Cirbonero que tuvo claro a qué jugar durante los 90 minutos. "Sabíamos que no podíamos venirnos abajo, debíamos continuar con nuestro planteamiento para darle la vuelta. Y así pasó", narra Mena.
El partido tuvo otros muchos alicientes, como el regreso de Isaac Sanz al San Juan, esta vez con los colores del Corellano, el equipo de su pueblo. "Ojalá se hubiese quedado en Cintruénigo", dice Mena. "Nos aportó muchos goles y lucha el año pasado", reconoce.
Aunque, precisamente el domingo, hubo un hombre que minimizó ese temido cambio de bando. Mario Galera, delantero cirbonero, recuperado de una grave lesión, jugó un partidazo. "Estamos todos muy contentos con él", se sincera Mena, quien no duda de que será una pieza importante en el grupo. Mena, un hombre que destila tranquilidad, prefiere no hablar de metas. "Poco a poco. Hay equipos muy fuertes", asegura.
