Más de la mitad de los desprendimientos de retina se producen en pacientes miopes

Problemas de visión al volante

Además de la miopía, la cirugía de cataratas, haber padecido traumatismos oculares, los antecedentes de desprendimiento de retina previo en el otro ojo, antecedentes familiares de esta patología ocular o algunas enfermedades como la diabetes, aumentan el riesgo de sufrir este problema. De hecho, si en una persona operada de cataratas el riesgo de sufrir un desprendimiento de retina aumenta diez veces, en los miopes con más de 10 dioptrías las posibilidades de padecer este problema están entre un 2-3%.



En muchas ocasiones existen unos síntomas visuales previos al desprendimiento de retina. La aparición de destellos luminosos en el ojo que aparecen en el campo visual contrario al que se está produciendo el problema, o la impresión en el ojo de telarañas o moscas volantes son signos ante los que la consulta al oftalmólogo debe ser inmediata, ya que esta patología ocular si no se trata a tiempo puede causar la pérdida funcional total del ojo.

Uno de cada cuatro conductores tiene al menos un problema que afecta a sus capacidades visuales y, en consecuencia, a la seguridad del tráfico, ya que el 90% de la información para tomar decisiones al volante llega a través de los ojos.



Uno de los problemas asociados a la miopía son la falta de reconocimiento de las señales con suficiente antelación, la confusión de éstas cuando son parecidas y la pérdida de detalles. Relacionada con la agudeza visual está la vista cansada, que afecta a una parte de la población a partir de 45 años. Por otro lado, el deslumbramiento es un efecto fisiológicamente normal que afecta al 2% de los conductores, un porcentaje que se eleva hasta el 75% en los mayores de 75 años.