El próximo 18 de diciembre, agricultores y cazadores de los cotos de Montes de Cierzo y Monte Alto se reunirán en el Ayuntamiento de Tudela con representates de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra y del propio consistorio para intentar buscar una solución a los daños que produce la masiva presencia de conejos y jabalíes en los campos. Se da la circunstancia de que son los cazadores los que deben pagar los desperfectos producidos por estos animales. “Cada año, el Gobierno concede una partida para estos gastos a repartir entre todos los cotos de Navarra, salga lo que salga. El problema es que ahora el cereal vale más dinero y del 40% de los daños que nos tocaba pagar hasta ahora, vamos a tener que hacer frente al 60% y eso es mucho”, comentó Lucas Gallego, presidente de la asociación Montes de Cierzo, quien mostró su deseo de llegar a un acuerdo tras el encuentro. “Va a llegar un momento en que esto no lo vamos a poder mantener y vamos a tener que cerrar el coto”, dijo.
Los conejos y los jabalíes son los causantes de estos daños. “Los primeros son más difíciles de controlar. Sin embargo, los jabalíes, como ahora están a la orilla del Ebro, salimos en cuadrillas, los espantamos y estamos consiguiendo dominarlos”, señaló. Y es que en los últimos meses ha proliferado la presencia de estos mamíferos en la orilla del Ebro, una reserva natural donde pueden refugiarse y abundan los campos de maíz. De hecho, en las tres últimas batidas realizadas por los cazadores de Montes de Cierzo se han capturado 32 jabalíes. “Muchísimos más que antes. Son animales que andan durante la noche y duermen por el día, por lo que tenemos que buscarlos en los sitios donde están encamados -generalmente dentro de maízales- y los sacamos”, explicó Gallego, quien destacó que la caza de estos animales está permitida hasta febrero.
Por otro lado, la entidad está preparando un escrito dirigido al Gobierno de Navarra para pedir la paralización de la concentración parcelaria en el término de Monte Alto (zona que al norte delimita con el término de Cintruénigo; al sur, con Cascante y Tarazona; al este, con el coto de Montes de Cierzo; y, al oeste, con Fitero). “Es una auténtica barbaridad. Es un monte y van a destrozar todo el hábitat. Se van a cargar los ribazos, donde tienen defensa los animales y los pájaros, y si arrasan todo, los animales desaparecerán”, comentó Lucas Gallego.
