Los capiteles del claustro de la Catedral seguirán a la espera de una actuación más directa sobre su deterioro

Deterioro desde los años 50

Pese a que la obra social La Caixa financiará con 600.000 euros la última fase de la restauración del claustro de la Catedral de Santa María de Tudela,

la actuación directa sobre la piedra de los capiteles es todavía una incógnita, a la espera de que se redacte el proyecto definitivo de intervención. Técnicos, restauradores y demás expertos continúan trabajando en busca de una 'terapia' que pueda mitigar de forma aún más efectiva el deterioro.



En esa idea se mueve Luis Durán, presidente de la Asociación de Amigos de la Catedral de Tudela, quien considera que la última fase de los trabajos de restauración supone un freno al desgaste de las esculturas de los capiteles y servirá para "ganar tiempo". "Lamentablemente, todavía no se ha encontrado el tratamiento propiamente enfocado a la piedra. El acondicionar el entorno como se va a realizar en esta última fase ayudará sin duda a minimizar el deterioro. Es una forma de acortar plazos y actuar de forma urgente con vistas a futuras novedades", afirma.



En concreto, el acuerdo entre el Gobierno de Navarra y la Obra Social La Caixa contempla dos actuaciones prioritarias. La sustitución del artesonado y el acondicionamiento del jardín, mediante la plantación de árboles que frenen el efecto de la luz solar sobre la piedra. Cabe recordar que la primera fase de los trabajos, iniciada en 2013, se ha centrado en acondicionar las cubiertas para evitar filtraciones de agua y humedad en los capiteles. Según confirmó Javier Sancho, jefe de la Sección de Patrimonio Arquitectónico de Príncipe de Viana, estos trabajos finalizarán próximamente.



Luis Durán insiste en que el problema actual con la restauración, ya no es económico, sino técnico. "A la institución Príncipe de Viana hay que darle un margen, porque existe una profunda preocupación con respecto al comportamiento de la piedra y seguirán trabajando en buscar una solución", señala.



En ese sentido, Durán considera "más que necesario" que se pueda realizar un escaneado del claustro, un proyecto que se realizaría mediante un convenio de colaboración con el campus de la UPNA en Tudela, y que serviría "para analizar con detalle la evolución del deterioro y poder ver con claridad cuáles son las partes más afectadas y, como consecuencia, permitir a los restauradores tener más información para tratar de hallar una solución más efectiva",

concluye Durán.

La Puerta del Juicio, también de urgencia

El deterioro se acentúo todavía más tras la restauración efectuada en los años 50, cuando se sustituyeron algunos fustes de las columnas y algunos capiteles, hechos de piedra caliza campanil, con piedra arenisca y un relleno de cemento Portland sobre las arcadas.



Según varios informes, las sales de magnesio que desprenden tanto la arenisca como el cemento Portland afectan sobre manera al deterioro de la piedra campanil original, que se ve sometida a una gran presión ejercida por los cristales del magnesio que se expanden durante los procesos de secado.

La piedra caliza campanil, una variedad genuina y de gran presencia en el valle del Ebro, también está presente en otras zonas de la Catedral en las que la escultura tiene un papel importante. Una de ellas es la Puerta del Juicio, también objeto de estudio por parte de la institución de Príncipe de Viana y foco de atención para gran parte de los vecinos de Tudela, que aprecian a diario su deterioro progresivo. "La misma solución que se aplique de forma definitiva al claustro debería adaptarse de alguna forma a la Puerta del Juicio", señala Luis Durán.



"No sólo ahí, sino que poco a poco habrá de hacerse a toda la Catedral", añade Durán, quien asegura que "el deterioro se aprecia también en las fachadas". "No es un mal exclusivo de la seo tudelana. También existe en la Catedral de Santiago y en la de Burgos, y por ello hay muchísima gente involucrada trabajando en ello, allí donde la piedra caliza está presente", sentencia Durán.