Los alfareños cumplieron este viernes con la tradición que han heredado para cada 12 de octubre: festejar la celebración de la Virgen del Pilar acudiendo en romería hasta la ermita que le dedican en la salida de la localidad hacia Rincón de Soto.
A lo largo de todo el día, entre las 10.00 de la mañana a las que la parroquia abrió sus puertas hasta las 19.00 cuando las cerró, cientos de alfareños acudieron en libre romería hasta la ermita, situada a dos kilómetros del casco urbano. Bien por la mañana o por la tarde, los alfareños acudieron hasta la ermita de todas las formas posibles: la mayoría caminando, otros en coches, en bicicletas, etc. Tras una noche de lluvias, la agradable mañana otoñal favoreció la participación de cientos de vecinos.
Quienes llegaban hasta la ermita, además de saludar su interior, permanecían durante un buen tiempo compartiendo con sus vecinos. Y también cumplían con la tradición de este día: la compra de cordones bendecidos por la Virgen que después los alfareños colocan en sus muñecas, en los vehículos, en las casas, etc. como símbolo de protección. Además, también adquirieron los habituales por estas fechas barquillos y miembros de la parroquia informaron sobre el Año de la Fe.
A lo largo de la jornada, la ermita acogió dos misas, siendo la primera de ella, a las 12.00 del mediodía, a la que asistieron los miembros de la Corporación y de la Guardia Civil, como modo de celebrar su festividad y el de la Hispanidad. En ambas ocasiones, el coqueto templo se llenó de fieles en todos sus espacios hasta el portal.
