Lo que el usuario de calefacción debe saber

Combustibles y fuentes de energía

En la actualidad, los usuarios que disponen de una instalación de calefacción, dependiendo de su tipología, pueden elegir entre diferentes tipos de calderas o generadores de calor, así como diferentes sistemas de emisores de calor. igualmente, existen en la actualidad una extensa variedad de energías y combustibles a utilizar, dependiendo del tipo de vivienda, de su ubicación y de la disponibilidad económica del propietario.

La biomasa, de moda

En nuestra zona hemos pasado en menos de dos décadas de disponer tan sólo de energías como la leña, carbón, gasóleo C, propano en bombonas o la electricidad, a disponer de otras variadas energías como el gas natural, la energía solar térmica, la biomasa, la geotermia y la aerotermia, que también están ganando terreno.



En la actualidad, las principales fuentes de energía utilizada para calefacción son el gas natural, seguido del gasóleo C. Muy por detrás le siguen la electricidad, la energía solar térmica y la biomasa, aunque esta última, en viviendas unifamiliares y en instalaciones comunitarias, está ganando terreno a gran velocidad.



La energía solar térmica no se suele utilizar por si sola, sino en combinación con cualquier otro tipo de energía. Sus sistemas de captación mediante placas solares o de tubos de vacío, son instalados en los tejados, cubiertas, o zonas mas soleadas de las viviendas. Requieren una cierta inversión inicial, pero su ahorro energético es considerable.



Con la energía eléctrica, hemos pasado de poder utilizarla tan sólo en calefacción mediante “efecto de Joule”, a disponer de una gran variedad de equipos, cada vez más desarrollados y más eficaces energéticamente.



Varios ejemplos de equipos o sistemas de calefacción que utilizan como energía la electricidad, son desde los acumuladores estáticos y dinámicos, pasando por las típicas bombas de calor aire-aire, hasta llegar a sistemas muy novedosos y eficientes como son la “aerotermia” y la “geotermia”.

Tipos de calderas

Aunque todavía se mire con cierta incredulidad, la biomasa ya sea en forma de leña, astillas, o de los denominados “pellets” o incluso de huesos de oliva, cáscara de almendra, etc. se están poniendo de moda. Principalmente son los “pellets” los que están adquiriendo un gran auge, ya que en nuestra zona son ya varias las promociones de viviendas con instalación de calefacción comunitaria, que están utilizando este combustible con una gran aceptación y satisfacción de los usuarios.



En este aspecto hay que prestar muchísima atención a la calidad de pellets que nos suministren, ya que su grado de humedad, composición, etc... es determinante para un correcto funcionamiento de estufas y calderas.

Si bien la palma se la siguen llevando las calderas de gas y gasóleo C, independientemente de que vayan a dar servicio en instalaciones individuales o comunitarias, existen en la actualidad bastante variedad de equipos productores de calor para las instalaciones de calefacción.



La rápida y gran evolución de las calderas de gas y gasóleo, donde se aplican en la actualidad las tecnologías de “Bajo NoX” y de condensación, han favorecido que su consumo y, por tanto, la contaminación producida por ellas, haya ido reduciéndose notablemente durante estos últimos años.



Actualmente, una instalación de calefacción mediante suelo radiante, calentada por una caldera de condensación, reduce su consumo hasta en un 35% respecto a una caldera normal con una instalación de radiadores.



Las otras grandes protagonistas de la actualidad son las calderas de biomasa. Estas calderas, estufas o termoestufas, utilizan como combustibles leña, “pellets”, huesos de aceituna, etc.



En la actualidad ya hay empresas en nuestra zona que distribuyen este tipo de combustibles a un precio muy asequible. El consumo de una de estas caldera quemando leña o “pellets”, puede suponer un ahorro de hasta un 50% sobre el consumo de una caldera de gas o gasóleo. Y si decidimos utilizar huesos de aceituna como combustible, el consumo puede ser hasta un 65% más bajo respecto al gas o el gasóleo.



Estas calderas y termoestufas, tienen algunas peculiaridades, en cuanto a tamaño, necesidad de almacenamiento de combustible, etc. que las hacen aconsejables únicamente para viviendas unifamiliares, txokos, etc. Su precio de compra es sensiblemente superior al de cualquier otra caldera de gasóleo o gas, si bien la diferencia se puede amortizar en un par de años.



Si nos decidimos por la energía eléctrica, disponemos de varios tipos de equipos para calentar nuestra vivienda. Desde las típicas estufas o radiadores eléctricos, los acumuladores de calor, la bomba de calor tradicional que nos da calefacción en invierno y refrigeración en verano, o podemos optar por las dos tipologías de equipos más novedosas, como la aerotermia, que aunque tiene varias opciones de instalación, dan mucho mejor rendimiento instaladas en conjunto con un suelo radiante y/o refrescante.



Gracias a este sistema de bombas de calor aire-agua, o “aerotermia”, utilizando la energía eléctrica, a partir de la aplicación del ciclo frigorífico, podemos extraer calor del aire exterior y transmitirlo al agua con la que calentamos los circuitos emisores de la vivienda. Este tipo de equipos tiene la ventaja de que además de proporcionar calefacción, nos proporciona agua caliente sanitaria y la posibilidad de refrescamiento en periodo estival. Una de las limitaciones que tiene, es que para poder obtener las prestaciones adecuadas, únicamente se debe instalar con sistemas de suelo radiante y/o refrescante.



Aún así, es una buena opción para todo tipo de viviendas, ya que el abanico de potencias de los equipos existentes en el mercado y sus tamaños realmente compactos, nos permiten instalarlo en la inmensa mayoría de las viviendas. Lógicamente, deberemos tener en cuenta la disponibilidad de una potencia y tensión eléctrica adecuadas a las necesidades de este tipo de equipos. Otro aspecto a tener en cuenta, es que aún utilizando la electricidad como fuen-te de energía, la eficacia de estos equipos se traduce en un consumo muy ajustado, mucho más bajo que con cualquier otro medio de calefacción eléctrica.



Otro tipo de energía que actualmente se está introduciendo en España es la conocida como geotérmica, que aprovecha la temperatura del subsuelo para transmitirla a la calefacción, agua caliente sanitaria o incluso para refrigeración. Estos equipos, también basados en el ciclo frigorífico, son alimentados por energía eléctrica.



Su consumo es realmente bajo, ya que necesitan otros equipos de apoyo, tales como calderas, calentadores, etc. para que en periodos de mucha demanda de calor, la instalación sea capaz de aportarla. Estos otros equipos de apoyo, pueden ser indistintamente alimentados por electricidad, gas, gasóleo, biomasa, etc.



Conviene saber que este tipo de instalación, solamente está indicada para viviendas unifamiliares, con cierta extensión de terreno, ya que es necesaria una superficie para poder instalar el sistema de captación de energía geotérmica, que va en el subsuelo.



La energía solar es una energía que puede combinarse con cualquier otro tipo de energía, y que de forma limpia y muy económica, puede aportarnos una buena parte de las calorías necesarias para nuestra vivienda. Lógicamente requiere de un estudio detallado y de una mayor inversión inicial.