Joaquín Gaztambide también se reestrena en Madrid

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Después de años de obras y retrasos, la reinauguración ya está lista. Tudela volverá a contar con el teatro Gaztambide. Y por pura casualidad, Madrid ha recuperado también la obra de uno de los compositores tudelanos más ilustres. El estreno de una artista se pondrá en escena hasta el próximo 13 de marzo en el Teatro de La Zarzuela. Basada en la ópera cómica Concert à la cour, ou la débutante, de Eugène Scribe, Joaquín Gaztambide musicó magistralmente el libro de Ventura de la Vega para convertir la historia de Sofía y Enrique y el ‘malvado’ Astucio en una de las piezas cumbres del género chico.

El amor de Gaztambide por la zarzuela

María Ruiz de Orduña, Sonia Munck, Marco Moncloa, José Manuel Montero, Emilio Gavira o el televisivo Edu Soto, el Neng, dan vida de manera magistral a una zarzuela con un elenco de más de 60 artistas en escena. Una producción de altura y nunca mejor dicho con un escenario vertical en el que se reproduce un teatro en sí. Es el teatro dentro del teatro, un ejercicio siempre agradecido ya que muestra, aunque sea desde la ficción, el trabajo entre bambalinas, los esfuerzos y las intrigas que rodean el mundo del espectáculo. 

Cuando el género languidecía, Joaquín Gaztambide fue el que más hizo por relanzarlo. Como compositor, director de orquesta y miembro de la dirección de varios teatros, el músico tudelano jugó un papel primordial para el renacer de un arte que, pese a su marcado acento español, había perdido peso en la Villa y Corte. Hasta el punto de que se había dejado de representar. Con su empeño, reabrió en 1851 el Teatro del Circo e impulsó la Sociedad Artística para el cultivo de la zarzuela. Y tuvo éxito. Tanto sus obras como las de sus coetáneos lograron el favor del público. Sólo su muerte temprana, a los 48 años (1822-1870), truncó una carrera que se presentaba imparable.

Tal vez por eso pocos conocían la obra de Joaquín Gaztambide entre los asistentes que prácticamente llenaron el teatro el pasado jueves. Más de un centenar de ellos, navarros, convocados por el delegado del Gobierno de Navarra en Madrid. El activo Salvador Estébanez fue de los que más disfrutó. “Cuando vine al estreno me deslumbró la producción. Pensé que la gente no se habría enterado de la puesta en escena de una obra que llevaba sin representarse así desde hace un siglo. Y por eso quise reunir al nutrido grupo de navarros que viven en la capital. Creí que seríamos unos 20, pero respondieron 130. La calidad de la obra lo merecía”. Lo cierto es que mantiene su vigencia y su frescura. Hasta las notas de humor siguen divirtiendo después de tanto tiempo. No sería mala idea que se oigan sus compases en el teatro que lleva su nombre.