¡Cómo pasa el tiempo!
- “Ya sé el secreto de Olentzero”
advirtió, como si nada...
- “¿El del reloj mágico
que detiene las horas o
el de que el burro y el búho
le ayudan repartiendo regalos?”
comenté inocentemente...
- “No, esos no...
el otro” remarcó
- “¡Vaya!
¿Quién te ha dicho
que Maridomingi y él
viven juntos desde hace siglos?”
- “Aita!
El ver-da-de-ro se-cre-to
de O-len-tzero!”
deletreó exasperadamente...
- “¡Ah... ese! Cómo pasa el tiempo... maitia
- le respondí mirándola dulcemente-
Me alegro de que al fin entiendas
que Olentzero disfruta el doble
porque goza tanto o más
preparando las sorpresas
para todo el mundo
que abriendo sus propios regalos...
Este es...
el secreto de nuestro carbonero:
es mejor entregar que recibir...
porque no es un comerciante de juguetes
sino un artesano de ilusión y servicio...
Ahora que compartes esta verdad
puedes probar a disfrutarla...”
Le dije cucándole un ojo
y una ventaneta nueva,
entre sorprendida y cómplice,
vi que brillaba en sus ojicos verdes.
Mikel Ziordia