Contaminantes ambientales

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Segun la Asociación Navarra de Pediatría, en los últimos años existe una creciente preocupación popular por los efectos en la salud humana ocasionados por la imparable contaminación medioambiental, “un hecho que contrasta con la escasa atención médica que se dedica a la salud medioambiental en la formación académica pre y postgraduada y en los libros de medicina general y pediátricos”, señalan.

Los niños constituyen uno de los grupos de población de mayor riesgo para estos contaminantes. “La exposición durante el desarrollo embrionario a solventes orgánicos puede causar un amplio espectro de patología: desde alteraciones congénitas hasta hiperactividad, déficits de atención, disminución del coeficiente de inteligencia, menor capacidad de memoria y problemas en el aprendizaje”.

Entre las enfermedades emergentes destacan las alérgicas, respiratorias o asmáticas, las patologías neurológicas y las neoplásticas. En los países industrializados, mueren actualmente por asma tres veces más que hace 20 años, a pesar de los avances farmacológicos y de asistencia hospitalaria que se han producido durante este periodo de tiempo. La población pediátrica, aunque sólo representa el 20-25% del total de personas, incluye el 40-50% de todos los casos de asma. Estos datos ilustran la especial vulnerabilidad pediátrica y el enorme peaje que pagan los niños ante las agresiones mediambientales.

El asma es una enfermedad pulmonar con las siguientes características:


- Obstrucción de la vía aérea total o parcialmente reversible, bien espontáneamente o con tratamiento.

- Inflamación bronquial y remodelado (fibrosis) de la arquitectura del bronquio, con infiltración de la mucosa por eosinófilos y otras células, y un mayor o menor grado de fibrosis subepitelial permanente, aún en ausencia de síntomas.

- Hiperreactividad bronquial, o respuesta aumentada de la vía aérea frente a distintos estímulos, pero no específica de esta enfermedad.