Llevaba 18 años esperando ese momento y Eduardo Arellano, encargado de representar al Cipotegato 2010, no sólo lo dio todo en su desenfrenada carrera por las calles de la localidad sino que consiguió convertir el acto con el que dan inicio las fiestas de Tarazona en uno de los más multitudinarios de los últimos años. Y es que, por primera vez, los vecinos conocieron de antemano el recorrido que iba a seguir este popular personaje, protagonista de una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, en la que se arrojaron 20.000 kilos de tomate.
