La de la foto es una oropéndola, una de las aves más bonitas de Europa. Ha muerto estrellada contra el cristal de una pista de pádel.
La imagen se repite en numerosas pistas de pádel de entornos urbanos y rurales de nuestros país. Aves que, al no ser capaces de identificar que hay un obstáculo por la transparencia de los cristales, mueren por el impacto.
Pero no son solo las pistas de pádel. La extensión de las cristaleras como elemento fundamental de la arquitectura urbana moderna, está creando trampas mortales por todas partes para las aves: son las paradas de autobús, las fachadas de edificios, los muros acústicos en las carreteras…
“Las colisiones con cristales representan un problema gravísimo que provoca la muerte de miles de aves cada año y que se agrava durante las migraciones pre y postnupciales”, avisan desde, la Sociedad Española de Ornitología. Una amenaza terrible que, sin embargo, tiene una muy fácil solución según SEO/BirdLife: pintar murales en los cristales o instalando algún elemento para que las aves sean capaces de distinguir el cristal.
“¿Y por qué no se introducen las soluciones si son tan sencillas? Tristemente, porque la conservación de las aves y de la biodiversidad no está entre las prioridades de la mayoría de los proyectos urbanísticos. Pero si no es una prioridad, tenemos que hacer todo lo posible para que lo sea”, enfatiza la ONG ambiental.
Desde SEO/BirdLife llevan años proponiendo soluciones a las administraciones que eviten la muerte de aves que conviven con nosotros o que, en su proceso migratorio, cruzan nuestros pueblos y ciudades. En toda España, han detectado los puntos negros y hacen seguimiento de los espacios más peligrosos para encontrar cuanto antes una solución.
“En una realidad en la que nuestra biodiversidad está más amenazada que nunca, SEO/BirdLife entiende que es urgente hacer todo lo posible para evitar todas estas muertes, pidiendo a la población defender a las aves, y unirse a SEO/BirdLife.
