Navarra

“El chopo representa un recurso renovable y ecológico con un inmenso potencial en la industria”

Hablamos con Juan Miguel Villarroel García, gerente de la Asociación Forestal de Navarra, Foresna-Zurgaia

Juan Miguel Villarroel Garcia
photo_camera Juan Miguel Villarroel Garcia, gerente de Foresna Zurgaia

¿Cuándo nació la Asociación Foresna-Zurgaia, con qué fin, a cuántos y qué tipo de productores agrupa y a qué se dedican?

Foresna-Zurgaia nace en el año 1992 en Navarra en respuesta a una necesidad de crear una asociación que pudiera aglutinar a los pequeños propietarios de terrenos forestales, ya fueran privados o entidades públicas. 

Nuestra Comunidad Foral se caracteriza por una gran atomización parcelaria en cuanto al propietario pequeño privado, con superficies de terrenos muy reducidos, lo cual dificulta en gran medida su gestión y desarrollo. En contraste, las entidades locales poseen extensiones mucho más amplias que permiten una gestión más efectiva.

Nuestro objetivo en Foresna es representar y defender los intereses y derechos de todos los propietarios y gestores forestales de Navarra ante las administraciones públicas, tanto a nivel regional, nacional como internacional. Además, buscamos concienciar a la sociedad sobre la importancia de la gestión forestal sostenible a través de la comunicación y la educación. Creemos firmemente que mediante el asociacionismo podemos promover y desarrollar prácticas forestales sostenibles, beneficiando tanto a las generaciones presentes como a las futuras.

Luchamos por reivindicar el papel que desarrollan los propietarios y gestores en las distintas actividades selvícolas con el objetivo de dar continuidad a los bosques y ofrecer a la sociedad sus múltiples servicios ecosistémicos. 

Actualmente Foresna-Zurgaia está comprendida por 246 propietarios privados, 63 ayuntamientos, 28 concejos, 5 agrupaciones de montes  (cada una compuesta por entre 60 y 80 propietarios) y 5 juntas de valle.

¿Qué es la denominada ‘Populicultura’, y en qué consiste el cultivo del chopo?

Si tomamos la etimología del latín, populus se traduce como “chopo”, y “cultura” significa “cultivo”. Por lo tanto, la populicultura no es más ni menos que el cultivo del chopo. En esencia, implica seguir un calendario de actividades selvícolas para asegurar que en una plantación de chopos se desarrollen árboles fusterectos, libres de nudos y ramas, con una altura aproximada de 6 a 8 metros. Los troncos obtenidos de esta plantación se destinan a la industria de la madera para la producción de desenrollo, que se utiliza para crear chapa de madera de alta calidad. Esta chapa se emplea en la fabricación de diversos productos, como cajas de fruta (las de menor calidad), envases individuales para vino, tableros contrachapados y palillos, entre otros derivados.

¿Qué trabajos debe realizar el productor de madera por estos medios?

Desde la planificación de la plantación de chopos hasta la gestión de las autorizaciones necesarias, tanto en términos medioambientales como de la Conferencia Hidrográfica del Ebro, cada paso en este proceso es fundamental. Esto incluye determinar la época óptima para la plantación, establecer el marco de plantación, seleccionar el método adecuado, y llevar a cabo operaciones preliminares como la eliminación de tocones y la nivelación del terreno de acuerdo a su estado, además de señalizarlo.

Posteriormente, se deben considerar los métodos de plantación, que pueden ser de raíz profunda o superficial. Una vez que la plantación está en marcha y se han establecido los marcos, es necesario realizar inspecciones periódicas para reemplazar los chopos que, por diversas razones, no prosperan o se secan.

El cuidado de las choperas abarca prácticas culturales, que incluyen labores agrícolas, podas, fertilización cuando es necesaria y la provisión de riego, ya que estos bosques requieren una atención constante. En algunos casos, se introducen cultivos intercalados para mejorar la rentabilidad durante los primeros años en que las choperas no son productivas.

Además, es esencial monitorear y combatir las plagas y enfermedades que pueden afectar negativamente a las choperas, ya que pueden ocasionar daños significativos. Por último, al final de los 12 o 15 años que puede durar el turno de una chopera, está el proceso de corta para volver a iniciar el proceso.

Chopos Foresna
Las choperas representan tan solo un 0,4% de la superficie total de bosques en Navarra 

¿Cuánta superficie se dedica a este cultivo en Navarra y la Ribera? ¿Va a más por las demandas de pellet y de madera como materia prima sostenible?

Actualmente, en Navarra, existe una superficie de aproximadamente 1.500 hectáreas dedicadas a la producción de chopos. Esta área se encuentra principalmente en la Zona Media, pero sobretodo en la Ribera, concretamente en pueblos como Villafranca, Valtierra y Funes. En la Zona Media, también se encuentran plantaciones en Mendavia, que está en la muga, o Puente la Reina. Es relevante mencionar que las choperas representan tan solo un 0,4% de la superficie total de bosques en Navarra. Sin embargo, el 45% de las cortas de madera provienen de estas choperas, dado que el 70% del valor de la madera se encuentra en el chopo.

En cuanto al cultivo de pellet, es importante aclarar que no se utiliza la madera de chopo con este propósito. Como he indicado previamente, la madera de chopo se destina principalmente a la producción de materia prima, como el desenrollo para chapa. De hecho tenemos la suerte de que una de las grandes multinacionales del sector, Garnica, ubicada en el municipio riojano de Baños de Río Tobía, hace que la demanda de nuestro producto sea alta. Esto se debe a que podemos transportarlo a costos muy bajos, promoviendo así la economía circular y la sostenibilidad, en línea con la filosofía del “kilómetro cero”.

¿Qué trabajos e inversiones supone esta apuesta?

Sin aprovechar las subvenciones disponibles, la inversión necesaria sería de aproximadamente 8.000 euros por hectárea para el ciclo de 12 a 15 años que podría extenderse en una plantación de chopos. Al concluir este período, podría esperarse una rentabilidad de 25.000 euros por hectárea.

¿Fija CO2 de la atmósfera en el suelo este tipo de actividad? ¿En qué consiste? ¿Cuáles son los procesos naturales para ello?

El chopo fija carbono como cualquier otro árbol, quizá es de los que más fijación consigue gracias a sus características. Su principal mecanismo es la fotosíntesis, donde absorbe dióxido de carbono y libera oxígeno, con lo cual fijan el carbono tanto en la madera como en todo el proceso de transformación. 

El chopo demuestra ser un destacado capturador de dióxido de carbono. Para ilustrar este punto, basta mencionar que una hectárea de chopos puede absorber una cantidad de CO2 equivalente a la producida por 32 automóviles en un año. Además de su capacidad para reducir la contaminación difusa, contribuye a mejorar la calidad del agua en masas fluviales, fomenta la diversidad biológica en los paisajes y apoya la práctica de una agricultura sostenible. También desempeña un papel crucial en la mitigación de riesgos de inundación y, por supuesto, enriquece nuestro entorno natural.

¿Quién no ha disfrutado de un apacible paseo de verano por la Ribera a la sombra de las choperas? Los conocidos sotos que adornan nuestros pueblos y que a menudo inspiran canciones folclóricas son testigos vivos de la conexión entre la naturaleza y nuestra cultura.

¿Está primada por la Unión Europea esta “labor” ecológica? ¿Cómo, porqué y con cuánto? 

Las entidades locales reciben respaldo financiero del Gobierno de Navarra mediante el Programa de Desarrollo Rural (PDR), cofinanciado por Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), lo que implica un respaldo desde Europa. Sin embargo, en contraposición, los particulares no disfrutan de subvenciones europeas. En este escenario, la financiación proviene directamente de las arcas del Gobierno de Navarra, que ofrece un apoyo del 50% para trabajos de plantación y del 60% para operaciones de poda.

Es fundamental subrayar la vital importancia del chopo para la industria. Actualmente, la demanda supera el millón de metros cúbicos, y aunque se prevé una disminución del número de plantaciones, la necesidad de madera de alta calidad sigue en aumento. Es imperativo fomentar la expansión de futuras plantaciones y evitar el abandono de las existentes, incentivando así esta actividad crucial. La falta de plantaciones resultaría en la escasez de madera, poniendo en peligro toda la industria y obligándonos a importar madera, lo que acarrearía la pérdida de empleos y una disminución de la competitividad, además de los costos asociados al transporte y la economía circular en cada punto de partida. El chopo representa un recurso renovable y ecológico con un inmenso potencial en la industria.