La Novena de este año tiene un carácter especial y es que cuando en otras ediciones se reunían en la seo alrededor de 35 intrumentistas los nueve días para, junto al coro que cuenta con cerca de 70 voces, poner el toque musical al acto religioso, en 2008 este número no ha podido ser fijo y ha oscilado entre los 20 y los 30. Eso sí, el público ha sido el mismo que otros años y la devoción sigue siendo palpable.
La razón de estas “restricciones” ha sido la multa de 13.000 euros impuesta por Inspección de Trabajo por tener a los músicos bajo contrato. Cabe recordar que éstos recibían una compensación de 210 euros que estaba sujeta a la retención del IRPF. “Este año como tengo que pagar el alta en la Seguridad Social y todas esas cosas que me han supuesto un pastón he tenido que, en vez de que vengan todos, todos los días, llamar sólo al mínimo necesario”, indicaba Jose María Lafuente, director del coro Joaquín Gaztambide. “Musicalmente no se va a notar, pero la labor que hacíamos de ir dando oportunidades de tocar a los estudiantes de la escuela de música ya no la podemos hacer, y la renovación, cuando los músicos más mayores se vayan, va a ser más complicada, esa es la pena”, añadía Lafuente.
