Cinco Villas

El Frago pone en marcha su comedor social

El municipio cincovillés puso en marcha ayer un proyecto gracias al que las personas mayores de la localidad podrán comer juntas todos los días un menú saludable.

El comedor social de El Frago se puso en marcha ayer con los primeros comensales
photo_camera El comedor social de El Frago se puso en marcha ayer con los primeros comensales

Con el objetivo de atender a la población de más edad de la localidad, se puso en marcha ayer en el municipio cincovillés de El Frago su comedor social. Este servicio está abierto a todos los empadronados en la localidad a partir de la edad de jubilación. 

Todos los días, a las 13.00 horas, en el bar de la localidad -al que dan vida dos uruguayos que acaban de instalarse en el municipio-, los comensales degustarán un menú llevado a cabo por una dietista. 

Por el momento, hay tres personas inscritas, pero “esperamos que se vaya apuntando más gente conforme vean cómo funciona”, señala el alcalde del municipio, José Ramón Reyes. 

La idea de este comedor social surge del grupo de colaboración que hay funcionando en El Frago. 

Se trata de una asamblea vecinal compuesta por gente del municipio de entre 16 y 60 años que, bajo el nombre ‘Pitera de El Frago’, pone en común los temas que preocupan a los vecinos y les buscan soluciones. 

De este grupo surgen muchas ideas nuevas y otras se debaten a propuesta de alguno de sus integrantes. “Desde el Ayuntamiento de El Frago les propusimos el tema del comedor social y, enseguida, todo el mundo se involucró hasta que hoy se ha convertido en una realidad”, señala su alcalde. 

Dos de los vecinos más mayores del municipio manifestaron su idea de marcharse de la localidad “porque el tema de las comidas era un problema para ellos. Ahora hemos conseguido que se queden”, indica con orgullo su alcalde. Algo importante en una localidad cuyo censo es de 104 vecinos, aunque viviendo de manera permanente hay 45. 

De paso, “creímos que era una buena opción para los mayores, porque evitamos que se puedan dejar el fuego encendido, que tengan algún accidente en la cocina, etc. De paso, comen equilibrado y saludable”, indica Reyes. 

El menú cuesta 10 euros diarios, de los que el usuario abona 6 euros y el ayuntamiento pone 4 euros. “Creemos que un consistorio debe de estar para ayudar a la gente y nosotros pensamos que invertir en lo social es prioritario”, indica el máximo responsable municipal. 

Además, gracias a esta iniciativa, “conseguimos que la gente mayor salga de su casa y socialicen, algo muy importante para mitigar la soledad”, dice el alcalde fragolino. Y, si sobra comida, se pone en un tupper y se puede llevar a casa. 

Impulso local 

El Frago es uno de los muchos municipios cincovilleses que acusa la despoblación. Sin embargo, desde hace un tiempo están incluidos en el proyecto ‘Arraigo’ gracias al que han conseguido atraer ya a cuatro nuevos vecinos. 

Pero, para conseguir que su censo siga subiendo, desde El Frago reclaman servicios “básicos e indispensables”, precisa Reyes. Esos son las comunicaciones por carretera y las telemáticas. 

“Hemos solicitado al Gobierno de Aragón que arreglen la A-1103, pero no tenemos respuesta. Tiene muchos baches”, señala el primer edil fragolino. También reclaman buenas conexiones a internet, esenciales para que la gente pueda trabajar desde sus casas. 

Pidiendo estas mejoras, los fragolinos han hecho una divertida campaña promocional para redes sociales compuesta de pequeños vídeos en los que los vecinos son protagonistas. 

Muchos de ellos también participan en la nueva revista del municipio, que se presentará el próximo 3 de octubre. En ella escriben gente profesional y amateur. “Hacemos actividades para juntarnos, es importante que todas las personas, de la edad que sea, puedan tener propuestas y relacionarse”, dice José Ramón Reyes. 

Y no les faltan, en El Frago, a pesar de su tamaño, tienen talleres de teatro colectivo y, próximamente, de música y de restauración. Además, unos jóvenes que han ido a vivir al municipio quieren montar un gimnasio. 

Y todo sin olvidarse del patrimonio del municipio. “Hemos empezado a movernos para que nos arreglen las portadas de la iglesia. Son bellísimas y están deteriorándose”, recalca el alcalde. De hecho, una de ellas es única, ya que muestra un calendario agrícola románico del siglo XII. 

Múltiples proyectos de dinamización en una localidad en la que su poca población no frena las ganas de darle vida.