Opinión

Opulencia vs Gestión

La opulencia en tiempos de crisis habitualmente es mal vista, para la inmensa mayoría de ciudadanos que nos ocupamos de trabajar todos los días, construir un futuro mejor a los que nos seguirán y mejorar poco a poco nuestra situación y la de los demás, ver como quienes se supone que nos nuestros iguales y nuestros ''representantes'' se dan la vidorra, con coche oficiales, grandes inauguraciones, sueldazos, coches oficiales y amigotes desatalentados en sillones con cargo y sueldo que también pagamos entre todos.

Todo este farfullo, toda esta superioridad, todo este culto al poder, en nuestro país se magnifica, precisamente por la esencia de una revolución liberal y una modernización cultural en siglos pasados. España es en esencia un país semi-feudal en pleno siglo XXI, esa es la única manera de explicar , porque conductas políticas cotidianas en nuestro país son objeto de dimisión, esperpento o cólera pública en los países a los que envidiamos y a los que los manirrotos de nuestros políticos (de todos signo) acusan de ser ''los matones''.

La realidad es que no hay secretos, el verdadero secreto de la vida, del éxito y de la prosperidad es que no hay secretos, países como Alemania, Suiza, Portugal, Holanda o Estonia no están en una mejor senda que nosotros por arte de magia, están en una mejor senda, porque mientras nosotros nos encontramos secuestrados por el partidismo frentista, mientras nos roban el futuro a base de opulencia, enfrentamiento, homenajes y exaltaciones de que la ideología propia es mejor que la ajena, mientras estamos demasiado ocupados recreando aquel famoso cuadro de Goya ''la riña'', ellos, nuestros vecinos, han rota sus cadenas, han tomado las riendas de su destino y se han ocupado de evitar que otros vivan como reyes y creyéndose reyes con su dinero, se dediquen a comprar votos con obras y autobombo o les enfrenten entre ellos.

La realidad es que no se juega con las cosas de comer si uno quiere comer, la realidad es que todos sabemos cual es el problema aunque no lo queramos ver, la realidad es que no podemos seguir tolerando que unos cuantos vivan por encima de las posibilidades de todos, la realidad es que TODOS, menos ellos, estamos en el mismo barco.