Opinión

Aurea Mediocritas

Los ciudadanos, autónomos y pymes se han acostumbrado a esperar poco de aquellos que nos gobiernan. La corrupción, el enchufismo, los dedazos y la picaresca están ya asumidos como algo tan propio de nuestros dirigentes como que el sol se levanta por el oriente.

Todo este ambiente de derrotismo, depresión crónica y fatiga contributiva en muchos casos parece ya algo asumido y de lo que las grandes camarillas de borregos de los principales partidos son capaces de pasar de largo demasiado ocupados en teatros y enfrentamientos yermos y faltos de sentido y realismo, lo que hace que la gente normal, aquellos demasiado ocupados levantando la persiana del negocio y centrados en ganar lo poco que queda después de pagar la fiesta de esta gentuza, no vean nada interesante en esa manada de borregos y hienas antes conocida como política.

Se necesitará valor, aciertos, unas ropas íntimas limpias, una ética y moral que nada teman a la hora de rendir cuentas al creador. En definitiva, gente en situación de prometer y cumplir, con el fin de librarnos de esta cuadrilla de manirrotos profesionales sin oficio ni beneficio más allá de vivir a la bartola con el dinero de otros. 

Necesitamos creer que nos merecemos algo mejor para empezar a tener algo mejor, porque si no interiorizamos que dentro de todos nosotros están las soluciones a nuestros problemas, si esperamos que otros los resuelvan, no estaremos siendo mejores que aquellos a los que aborrecemos.