…Y casi sin enterarnos, de nuevo llega el verano y con él, el punto de inflexión que nos hace llenar de nuevo las terrazas, vacaciones, fiestas y demás ritos de obligado cumplimiento en estas fechas. El tiempo pasa rápido y la vorágine nos aleja de la oportunidad de disfrutar los olores, los colores y demás sensaciones que nuestros sentidos pueden percibir recorriendo el camino de nuestras rutinas, mientras estas ser repiten. En mi pertenencia a la Junta de AER y en especial en estos últimos meses, que tengo el honor de presidirla, he podido compartir con compañeros esta sensación, esa frustración de perdida de oportunidades con los tuyos y lo duro y complicado de nuestro papel, la soledad con la que nos enfrentamos a nuestro día a día y lo injustamente denostado que resulta nuestro rol: ser empresarios, por lo que quiero aprovechar este espacio y poner en valor al empresariado como elemento fundamental en la generación de riqueza y oportunidad en nuestra sociedad.
Somos soñadores audaces, personas que nos atrevemos a convertir ideas en realidad. A través de nuestra visión y determinación, somos capaces de identificar oportunidades donde otros solo ven obstáculos. No tememos asumir riesgos y estamos dispuestos a enfrentar los fracasos con valentía, porque sabemos que cada tropiezo es una oportunidad de aprendizaje y crecimiento.
Somos agentes de cambio. Nuestras ideas y proyectos transforman industrias, crean nuevos mercados y mejoran la vida de las personas. Detrás de cada avance y cada innovación hay estamos con una visión clara y una determinación incansable. Somos generadores de empleo y contribuimos al bienestar de la sociedad en su conjunto.
Es cierto que en cualquier ámbito hay quienes actúan de manera irresponsable, buscando el beneficio propio sin considerar las consecuencias para los demás. Sin embargo, no podemos generalizar y estigmatizar a todos por las acciones de unos pocos. La inmensa mayoría somos personas honestas, éticas y comprometidas que trabajamos arduamente para lograr nuestros objetivos sin perder de vista los valores que nos inspiran.
¡Feliz verano y felices fiestas a todos!
