Opinión

¿Por qué ante la fiscalía?

¿De quién es la fiscalía en España? De Pedro Sánchez. No es que lo diga yo. Es que lo dijo él sin ponerse rojo de vergüenza democrática (no tiene) en una famosa entrevista. ¿A quién obedecen por tanto los fiscales si la fiscalía es de Sánchez? En última instancia a Sánchez, porque están subordinados a la fiscal General Dolores Delgado, la de la “información vaginal, éxito asegurado” (¡cómo olía a cloaca y a prevaricación aquella sobremesa con Garzón y el excomisario después encarcelado!), exministra socialista de Sánchez y peón a su servicio. 

¿De quién debería ser la fiscalía si Pedro Sánchez fuera demócrata y España fuera una democracia plena y no degradada (un semanario inglés prestigioso lo ha hecho público)? Del Estado, o sea no de Sánchez, o sea no obediente a su voluntad sino independiente de ella. Los fiscales no obedecerían a Sánchez si Dolores Delgado fuera del Fiscal General del Estado y no de Sánchez. Pero lo es.

¿Con qué político querría acabar más que con ningún otro Pedro Sánchez? Sin duda con Isabel Ayuso, porque lo derrotó en Madrid y lo dejó en ridículo. Su narcisismo ha de odiarla. Sánchez podría acabar con Ayuso si un juez dijera que Ayuso prevaricó, que dio de manera fraudulenta el famoso contrato de las mascarillas a su hermano. Pero eso es difícil. Los jueces aún son bastante independientes de Sánchez (del Gobierno) y hay muchos jueces justos. No basta con que Sánchez quiera para que consiga que un juez diga eso. Hacen falta pruebas, y parece que Sánchez y sus peones no las tienen.

¿Por qué esos peones (el PSOE de Madrid y Más Madrid) han presentado su denuncia contra Ayuso y el contrato de las mascarillas ante un fiscal y no ante un juez? Por eso, porque no tienen pruebas y un juez independiente habría dado seguramente carpetazo a su denuncia. Pero los fiscales no son independientes de Sánchez. ¿Y qué ha dicho el fiscal Luzón tras esa denuncia? Que a la vista de los documentos aportados por el Gobierno de Madrid no se ve que haya delito, pero que va a investigar (el fiscal Luzón es un subordinado de la Fiscal General, la socialista Dolores Delgado). O sea que, mientras investiga, mantendrá encendida la sospecha de la culpabilidad de Ayuso y desgastará así su prestigio.

¿Cuándo volverá España a ser una democracia plena y no degradada? No lo sabemos. Lo que está claro es que, para que vuelva, es una condición imprescindible que Sánchez y sus aliados antiespañoles y antidemócratas pierdan el poder.