Opinión

Memoria falsificadora

Hace unos días Sangüesa recordó-homenajeó a 12 vecinos (republicanos) fusilados entre 1936 y 1937. Está así en sintonía con la reciente Ley de Memoria Democrática. El ministro de la Presidencia Bolaños expresó muy bien el espíritu de esa ley diciendo que “salda una deuda con aquellas personas que lucharon por la democracia y la libertad”. En efecto, la Ley considera demócratas y defensores de la libertad a los partidarios en el 36 del Gobierno republicano (los fusilados de Sangüesa), y merecedores de recuerdo-homenaje, Y considera a los del bando contrario liberticidas y antidemócratas (“fascistas”. en el lenguaje izquierdista de la época) y merecedores de condena-olvido, hasta tal punto que la Ley castiga con penas severas a quienes les ensalcen. Ley y memoria sectarias, falsificadoras de la historia, injustas, antidemocráticas (se verá) y guerracivilistas porque fomentan la división y la enemistad en la sociedad,

Hay mayor sintonía con la Ley de Memoria Democrática en Roncal. En el año 36, hubo allí un único partidario declarado del Gobierno de la república. De los demás, muchos bajaron voluntarios el 19 de julio a luchar, según el sanchismo, contra la democracia y la libertad. Muchos murieron. Hace tiempo había una plancha de bronce en la que se recordaban sus nombres. Años atrás se decidió que nada de recordarlos y se retiró la placa, anticipándose así a la sectaria la Ley de Memoria Democrática. Por contra, se puso junto al cementerio un panel recordando a unos perdedores de la guerra que, finalizada la misma, sufrieron represión haciendo una carretera. Además, uno de los que bajaron a Pamplona el 19 de julio fue hecho prisionero en el Estrecho-Quinto (Huesca) y llevado a Barbastro. Su familia (casa Coshua) intentó liberarlo. Una hermana suya contaba que gastaron mucho dinero (en vano) intentándolo, y que unos de Isaba, demócratas luchadores por la libertad según la Ley sanchista de Memoria, iban a la cárcel a hacerle sufrir y le repetían día tras día “te vamos a matar”. No se contentaron con amenazarle y hacerle sufrir. Los “demócratas defensores de la libertad” lo asesinaron y sus restos deben de estar en alguna cuneta de Barbastro. Para esto no hay recuerdo. La memoria sectaria falsifica injustamente el pasado ocultando su asesinato y blanqueando a los asesinos mediante el olvido. 

Por terminar con lo de Roncal: el único republicano declarado se exilió, y a los años volvió y vivió en Roncal hasta su muerte. Ejerció su oficio de herrero y fue dueño del único hotel del pueblo. Brutal represión la que le hicieron sus convecinos “antidemócratas y liberticidas”. 

Los partidos de la coalición del actual Gobierno son los mismos que formaban o apoyaban al Gobierno del Frente Popular del año 36. Y no es casualidad, sino partidismo caradura, que su Ley de Memoria considere demócratas y defensores de la libertad a los frentepopulares del 36: para la memoria falsificadora sanchista, son demócratas defensores de la libertad los que dieron un golpe de Estado en el año 34 porque la derecha había ganado las elecciones; los que en el 36 permitían que en España no hubiera Estado de derecho sino imperio de la violencia y del caos; los que, si no desde la cúspide (¿?) del Gobierno, sí desde sus terminales (escolta del ministro Prieto, guardias de asalto) asesinaron a uno de los tres líderes de la derecha y a los otros dos no porque no los encontraron; los que no metieron en la cárcel a esos asesinos; los que querían hacer de España un Estado soviético y hasta tenían ya un “Lenin español”; los que dieron un pucherazo en las elecciones del 36. Si estos son demócratas para Sánchez y los suyos, ¿qué son ellos mismos? 

Su Ley de Memoria es antidemocrática porque considera demócratas a los antidemócratas, porque descalifica a la Transición y a su legado, la reconciliación, la convivencia civilizada, y la democracia, y trae otra vez división y guerracivilismo. Y, claro, esa Ley es muy del agrado de Bildu y de Podemos. Es falsa e injusta. Lo vemos en lo de Roncal: es falso que nuestros antepasados bajasen el 19 de julio a luchar contra la democracia y la libertad. Y es injusto, difamatorio e inaceptable atribuirles esas motivaciones. Bajaron porque se negaban a que España fuera un país soviético, a que la religión fuera perseguida y prohibida, a que se asesinase a sus representantes políticos etc. Pensaron, con razón, que si a sus representantes los asesinaban, a ellos mismos, los representados, les esperaba similar destino. ¿Qué es la legítima defensa?

Sí, hubo después de la guerra dictadura y hubo represión. ¿Qué habría pasado si los “demócratas defensores de la libertad” del Frente Popular hubieran ganado la guerra? Basta pensar en las checas y en Paracuellos. Y con suerte estaríamos ahora como están en Albania.