Opinión

La niña tiene novia

Unas dos semanas después del comienzo del curso, la niña (siete años) vuelve de la escuela diciendo que tiene novia. ¿Alguna relación entre ese noviazgo lesbiano y los quince días de clase y el ambiente creado por el programa Skolae? Si en vez de siete años tuviera alguno más, la niña habría aprendido que la masturbación y todas las relaciones sexuales son guays; que es divertido cambiar, que si una se descuida, el descuido se soluciona gratis total con una píldora, o con el aborto quirúrgico también gratis; que el sexo se elige a voluntad; que el objetivo principal o único de la sexualidad es el propio placer etc. Habría interiorizado un enfoque egocéntrico, hedonista y consumista de la sexualidad. Y la de siete años, lo mismo podía haber dicho que no le gusta ser chica y quiere un sexo de chico, o quizás, como quiere Irene Montero, que quiere tener una relación con el cuarentón del piso de abajo.

La izquierda marxista del pasado y sus sucesores de hoy, los llamados “progresistas”, se parecen en que ambos presumen de tener buenas intenciones, de querer construir el hombre nuevo, la sociedad libre de injusticias, las relaciones humanas igualitarias y felices etc. Los unos, en el terreno económico. Los otros en el terreno sexual y afectivo. Unos y otros creen tener además el monopolio de las buenas intenciones y el derecho a imponer sus ocurrencias con parecida vocación no democrática. 

Es sabido que la ideología de los primeros contiene graves errores económicos y antropológicos, y ha dado lugar a sociedades dictatoriales, sin libertad, a fracasos económicos rotundos, a situaciones peores que las que pretendían remediar. Pasó en los países soviéticos. Pasa en Cuba, en Venezuela, en Argentina … 

En el caso de los progres, las buenas intenciones consisten en querer el respeto a las excepciones sexuales que a veces se producen en la naturaleza (tendencias homo o trans innatas), la eliminación de la violencia y la discriminación sexual, la igualdad etc, También en este caso, la ideología es totalitaria en cuanto que niega a los padres el derecho fundamental a que sus hijos reciban una educación acorde con sus ideas morales y religiosas. Y también contiene errores y falsificaciones, en este caso biológicas, antropológicas y morales. Algunos ejemplos: considerar que todas las tendencias y relaciones sexuales son igualmente valiosas, lo que es biológicamente falso (unas permiten la reproducción de las especies y otras no); que la voluntad del individuo puede elegir y cambiar sin problemas su sexo imponiéndose a lo recibido de la naturaleza, lo que también es falso; que la sexualidad es del todo separable de la reproducción, lo que es falso en la naturaleza; que lo fundamental en la sexualidad es el placer del individuo, lo que también es falso en la naturaleza; que es natural cambiar las tendencias sexuales; que el aborto es un derecho etc. Y ocurre que las falsificaciones y errores ideológicos acaban provocando desastres en la sociedad. Sucedió ya en el marxismo.

Para implantar su ideología, empiezan desde la escuela, sembrando dudas en los niños sobre sus inclinaciones sexuales, exaltando la masturbación, la homo y la transexualidad, la sexualidad centrada en el propio placer y desligada de la procreación etcétera. Sin ser adivino, es fácil anticipar con seguridad las consecuencias de este experimento educativo: aumentarán la homosexualidad (la niña ya tiene novia) y la transexualidad, los abortos, las relaciones sexuales egocéntricas, despersonalizadas, cosificadoras del otro o de la otra, que a su vez harán aumentar la pornografía, las infidelidades y rupturas matrimoniales, los hijos víctimas de familias desestructuradas, las agresiones sexuales por parte de frustrados que exigirán su derecho al placer; disminuirá aún más la procreación … Bonito paraíso progresista nos espera.