Opinión

Jesús trans, cristianismo trans

Comienzo de la cuaresma, ergo asunto no mundano. Antes del comienzo, hubo polémica por el cartel de la Semana Santa de Sevilla en el que aparece un Jesús joven con barba, melena y desnudo hasta debajo de los genitales, tapados con un trozo de paño colocado de modo poco verosímil. Sería ingenuo creer que ese casi estriptease fue casual o ingenuo.

Cartel de la Semana Santa de Sevilla 2024

Que sepamos, Jesús estuvo desnudo ante la mirada ajena en la flagelación y en la cruz. En ninguno de esos casos posó voluntariamente desnudo, sino que fue desnudado por otros. El desnudo del cartel parece más espontáneo que forzado, un posado, y no es el de alguien que va a ser inmediatamente azotado: su mirada no expresa miedo ni angustia. Y menos aún es el “ecce homo” azotado ni el crucificado por perdonar nuestros pecados y hacerse igual a Yhavé. No hay sufrimiento ni físico ni psíquico en Él. No se ve que la pintura pueda tener relación con ningún episodio de la vida de Cristo.

Artistas cristianos que pintaron a Jesús desnudo lo hicieron para conmover, para despertar la compasión y el amor en el espectador. Aquí no se busca eso. Si alguien respetase, admirase y amase a una persona, difícilmente la pintaría así. ¿Por qué entonces este cartel? ¿Para ser original y lucirse? Pero utilizar a Jesús para lucirse implica ponerse el pintor por encima de Él, algo para nada cristiano. ¿Para provocar-escandalizar? ¿Para burlarse de Él y de los cristianos? En ese caso, el cartel es demoníaco, blasfemo. Inaceptable todo ello para una cofradía cristiana. Y la jerarquía, callada.

El cuerpo de ese Jesús es bello, pero con una belleza ambigua. ¿Es Jesús, Jesusa o Jesuse? No está claro. Podría ser, más que Jesús, un Jesús trans, andrógino. Aceptar y exhibir un Jesús trans quizás es propio de un cristianismo trans, que niega aspectos importantes de su ser (relacionados con la sexualidad o no) y los sustituye por otros diferentes e incluso opuestos. 

Podemos hacer un experimento mental: primero leer las epístolas de San Pablo y los Hechos de los Apóstoles, después mirar al cristianismo actual por ejemplo de ciertos lugares de África y ver que allí hay mártires que mueren por ser fieles a Cristo, que hay vocaciones sacerdotales, fidelidad al “depósito de la fe” etc. A continuación ver el cristianismo mundanizado de Europa (por ejemplo de Alemania), donde las apostasías crecen exponencialmente, no hay vocaciones sacerdotales ni mártires, se da la comunión a luteranos, las preocupaciones “religiosas” fundamentales son bendecir parejas homosexuales, el sacerdocio, episcopado e incluso papado femenino, gay, lesbiano, el matrimonio homo o hétero de los sacerdotes, la “democratización” de la Iglesia como si fuera una  institución mundana más, un partido político, una ONG o una logia masónica que pueden cambiar sus creencias y normas a voluntad de los socios. Como conclusión, pensar cuál de estos dos es un cristianismo auténtico y cuál un cristianismo trans, mundano, sin origen divino, sin verdades reveladas, sin perdón de los pecados, sin martirio en la cruz, sin resurrección, sin vida eterna, sin santos.

Y ya puestos, ver si es capaz de imaginar a San Pedro o a san Pablo tolerando pasivamente esas derivas mundanas (trans) del cristianismo, purgando a algún obispo fiel al “depósito de la fe”, poniendo trabas a la misa tradicional, rechazando y al poco aceptando las bendiciones a las parejas homosexuales, presumiendo con simpleza buenista de que le gusta imaginar que el infierno está vacío (¿mensaje implícito: si yo fuera Dios, el infierno estaría vacío? ¿Buscar el aplauso exhibiendo buenos sentimientos?), pasando un rato feliz con Yolanda Díaz, neomarxista cursi y farsante, impulsora (ella y su partido) del derecho al aborto, de una sociedad atea, hostil la Iglesia, socia de los del “arderéis como en el treinta seis” …, intercambiando regalitos, opiniones progres y chulísimas sobre el cambio climático, los temas laborales, las guerras …, todos asuntos del César y no de Dios, y animándole a que “siga adelante, no afloje”. ¿Líder mundano que busca el aplauso o vicario del Hijo de Dios que fue crucificado?