Opinión

La izquierda arcaica y el falso fascismo

Desde Rodríguez Zapatero, el PSOE rechaza la reconciliación de la Transición y ha retrocedido en ciertos aspectos al guerracivilismo de los oscuros años treinta del siglo pasado. Y con él, sus socios. Y llama “progresismo” a ese retroceso arcaico. Así, el “gobierno Frankenstein” ha sido una reedición del Frente Popular del 36. Su obsesión con aquella época es tal que le ha llevado a cometer impiedades y estupideces, como desenterrar a Franco o quitarle una medalla. También a imponer antidemocráticas y falsas Leyes de Memoria que decretan que sus correligionarios de aquella época eran demócratas y sus adversarios fascistas. Antidemocráticas porque sólo los dictadores imponen su propia visión de la historia. Falsas porque los más influyentes de sus antecesores de los años treinta fueron antidemócratas que pretendían imponer la dictadura del proletariado, dieron un golpe de Estado al perder las elecciones del 34 y un pucherazo en las del 36, y anticipándose a ETA secuestraron y asesinaron a uno de los jefes de la oposición y quisieron hacer lo mismo con los otros.

La izquierda antidemocrática de aquellos años llamaba con descaro “fascista” a todo el que se opusiera a sus pretensiones. La actual ha reeditado esa estrategia, y como quien menos se somete a su ideología es VOX, repite una y otra vez que VOX es fascista (con “fascista” no quieren decir que sea como Mussolini, sino que es totalitario, violento …), extrema derecha antidemocrática con la que sería una abominación antidemocrática pactar. A la derecha corta de luces le cuesta entender que esa misma operación se la hicieron ya a ella en los pactos del Tinell (y después a Ciudadanos), y que en bastantes aspectos, VOX es más demócrata que esa izquierda y sus socios. Lo vemos:

  • VOX ha sido el único partido que ha defendido la Constitución contra los abusos antidemocráticos (los decretos anticonstitucionales) de Sánchez apoyado por su Frente Popular durante la pandemia. 
  • Defiende la separación de poderes que defienden los demócratas y que eliminan antidemócratas como Sánchez y sus socios. 
  • Quiere eliminar las antidemocráticas Leyes de Memoria impuestas por la izquierda arcaica. 
  • Defiende la democrática igualdad ante la ley y quiere por ello derogar la leyes que van contra esa igualdad, como la Ley de la Violencia de género. 
  • Defiende el imperio de la ley y rechaza la inmigración ilegal y descontrolada.
  • Defiende el derecho de los niños a ser educados en español si es su lengua materna; derecho que niegan los antidemocráticos partidos nacionalistas con la complicidad de la izquierda.
  • Quiere acabar con el adoctrinamiento ideológico de los niños en los colegios; adoctrinamiento propio de totalitarios que pretenden que los niños son del Estado y que niegan a los padres los derechos que la Constitución les reconoce.
  • Quiere consultar democráticamente al pueblo sobre asuntos ideológicos en los que la izquierda no consulta sino que impone: sobre la derogación de las leyes de género; sobre la devolución de competencias educativas al Estado; sobre la inmigración; sobre si queremos un Plan Nacional del agua que garantice su llegada a todos los lugares, sobre el modelo energético que queremos para España etc. 
  • No es golpista ni es la franquicia de un grupo terrorista como lo son los socios del PSOE y del PSN.
  • No propugna el uso de la violencia. Todo lo contrario: víctimas de la violencia feroz de ETA que jamás han defendido el “ojo por ojo” han encontrado en VOX cobijo. Y los miembros de VOX con frecuencia son víctimas de la violencia de la izquierda antidemocrática. 

El actual Frente popular sabe todo esto y más, como sabía también el de los años treinta que de ningún modo eran fascistas todos sus adversarios ideológicos, pero a unos y a otros la verdad les importa lo mismo, un bledo.