Opinión

El Defensor y la imparcialidad

Los “Estados frugales” no malgastan los impuestos en chiringuitos innecesarios. Siguen el principio ockhamista de “no multiplicar los entes (los chiringuitos en este caso) sin necesidad”. España no está entre ellos. Desde el restablecimiento de la democracia, funcionamos con el principio contrario. Así, los autores de la Constitución crearon en su artículo 54, quizás movidos por el complejo de no haber sido demócratas durante 40 años, y para hacer creer que íbamos a serlo más que nadie, la figura bastante innecesaria del Defensor del pueblo. Innecesaria porque supuestamente existe para defender a los ciudadanos de injusticias causadas por la Administración, por algún poder del Estado. En teoría pues,  encajaría en lo de los contrapesos de la democracia, en lo de la limitación del poder, Pero para defendernos de las injusticias ya están los jueces. No se ve la necesidad de crear un cargo nuevo. Ni Francia ni Inglaterra tienen Defensor.

El Defensor del Pueblo es defensor de todos los españoles. Si fuéramos un Estado sensato no habría más Defensores. Pero nuestros políticos son malgastadores y han creado Defensores también en las autonomías. “¡Si ésos tienen, nosotros no vamos a ser menos” ha sido el principio que les ha guiado. UPN ha propuesto en su programa para las próximas autonómicas reducir el Parlamento foral a cuarenta diputados. Es un primer pasito en la buena dirección. Otro sería la supresión del Defensor del pueblo foral, porque si ya es dudosamente necesario en España, más innecesario es en las autonomías. 

Lo de la burocracia no falla, sobre todo si gobierna la izquierda. Se empieza creando un cargo (el de Defensor por ejemplo) y el nuevo cargo va a su vez creando otros, cuantos más mejor, a su servicio, gastando cada vez más, extendiéndose como el cáncer: que si un Secretario, un Asesor, uno en Información, un bedel, un traductor de euskera, un bibliotecario etc. Esto si no es un cargo muy alto. Cuanto más importante se sienta el nuevo cargo, más subcargos creará bajo su mando. Sánchez ha batido el récord de asesores. En 2022 tenía sólo para él 370 asesores, según Voz Pópuli. Y Chivite tiene el gobierno con más Consejeros y personal subordinado. La izquierda sube los impuestos y los malgasta. Eso sí, para contratar más médicos no tienen dinero. Cualquier día se le podrá ocurrir al pentapartito foral, si sigue en el gobierno, crear un Defensor del pueblo en cada merindad, que “necesitará” rodearse de nuevos funcionarios subordinados. 

El Defensor debería tratar a todos por igual, ser imparcial y también parecerlo. Pues ni lo uno ni lo otro. Ni lo uno, porque ha exigido nivel B2 de vascuence para conseguir una innecesaria beca de formaciòn que ha convocado. Ha favorecido así a la minoría vascoparlante y ha perjudicado a la mayoría, Ha cometido injusticia en vez de impedirla. No ha estado a la altura del cargo. Ni lo otro, al haber pedido imprudentemente supervisar las notas de dos colegios del Opus porque dice haber detectado “sobrevaloración” en sus notas de Bachillerato. Imprudentemente, pues Educación ya había dicho en un caso anterior que eso no es posible (DN 5 de mayo). Por otra parte su denuncia de esa supuesta sobrevaloración la ha presentado sin ni haberse puesto antes en contacto con esos Centros. ¿Un juez imparcial dicta sentencia sin oír al acusado? Da la “casualidad” además de que esos colegios no han sido muy bien tratados por el pentapartito. ¿Se ha dejado atrapar en una operación de los antiopus? ¿Su imparcialidad ha sido indudable? ¿Ha estado a la altura? Así las cosas, mejor pasarnos al ockhamismo radical.