Opinión

De nuevo 'Los Caídos'

Ha sido regalarle el PSN la alcaldía de Pamplona al partido de la ETA y volver a sacar el asunto de qué hacer con Los Caídos. Asirón ya ha dicho que será uno de los prioritarios, aunque sin duda habrá otros: extender el euskera, arrinconar el español, eliminar la zonificación, plazas con el euskera como requisito, cambiar el nombre de la “Avenida del Ejército”, quitar retratos del Rey y banderas españolas, poner ikurriñas y otras maravillas abertzales. En definitiva, que la mejora de Pamplona y el bien de sus habitantes le importa un bledo al partido de la ETA, y al PSN que lo ha puesto en la alcaldía.

26 colectivos se han manifestado ya y han exigido la demolición de Los Caídos. Su exigencia se enmarca en la deriva tomada por el PSOE con Rodríguez Zapatero y agudizada con Pedro Sánchez. Los dos se han empeñado en acabar con la reconciliación, en fomentar el guerracivilismo y en imponer con sus antidemocráticas Leyes de Memoria una visión obligatoria y falsa de la historia en la que el PSOE y su Frente Popular aparecen como pacíficos demócratas y los que se sublevaron en 1936, como fascistas asesinos. 

Hasta tal punto llega la desfachatez de Sánchez que varias veces se ha identificado no con Besteiro (socialista y demócrata), sino con Largo Caballero, el Lenin español, líder de los que querían imponer en España una dictadura (falso lo de que eran demócratas) comunista como la establecida en Rusia en 1917.

Creyendo que eso era lo que se les venía encima, miles de navarros se levantaron en armas en 1936, en buena parte por motivos religiosos, por no vivir en un mundo obligatoriamente ateo. No eran fascistas, ni siquiera mayoritariamente falangistas. Eran carlistas o simplemente tradicionalistas. Murieron unos 4.500. Igual que el intento revolucionario ruso había provocado una guerra civil, aquí ocurrió lo mismo, con la diferencia de que ganaron los que allí perdieron. En la medida en que nos libraron de una dictadura comunista, nuestra memoria histórica nos dice que nuestros antepasados sublevados nos hicieron un enorme favor, que debemos estarles agradecidos y que dieron su vida por una causa noble.

El monumento a Los Caídos pudo no haberse levantado y en ese caso les guardaríamos respeto y agradecimiento simplemente en nuestro corazón. Pero se levantó, y si se derribase, el derribo supondría derribar nuestro respeto y agradecimiento hacia ellos, algo que no podemos hacer ni aceptar.

En los conflictos humanos rara vez una parte tiene el cien por cien de razón y de motivos nobles y otra el cero. En aquel caso ocurrió lo mismo, y además de motivos nobles hubo maldad, venganzas, represión y asesinatos por ambos bandos. Ni los del bando nacional que hicieron todo eso ni los que lo hicieron desde el bando rojo se merecen monumento alguno, pero tenemos derecho a interpretar que Los Caídos se dedicó a los muchísimos que murieron por motivos nobles, y ellos y el monumento dedicado a ellos merecen respeto y no demolición.

Como esos 4.500 muertos no eran fascistas sino mayoritariamente tradicionalistas, es falso el argumento de los demolicionistas que dice que Los Caídos es “la exaltación material y simbólioca del fascismo”. Es también grande su sectarismo, porque ellos levantan monumentos en honor de sus muertos, de los asesinados de su bando, en múltiples lugares de Navarra, en El Perdón, en el alto de Aibar … pero exigen la demolición del monumento a nuestros muertos, algunos o muchos de los cuales fueron también asesinados por los de su bando. No podemos aceptar ese doble rasero sectario. Doble rasero que deja claro que no les mueve un espíritu de reconciliación sino de revancha y guerracivilismo, como al PSOE y a sus socios desde Zapatero.

Tras la guerra hubo ciertamente represión y dictadura que con el tiempo fue dictablanda. Pero a los demolicionistas no les vendría mal pensar qué habría ocurrido en Navarra, la que más se había significado en la rebelión, si el resultado de la guerra hubiera sido el contrario. ¿Una hambruna provocada, genocida como la de Stalin contra Ucrania? ¿El terror estalinista desatado? ¿Múltiples gulags? ¿Deportaciones masivas con sustitición de la población? Los comunistas demostraron ser capaces de eso y de más.

Hay conservacionistas que defienden una resignificación de Los Caídos. En el fondo su propuesta se parece a la de los demolicionistas porque elimina el reconocimiento a aquellos muertos, conserva el cuerpo pero mata el alma. Al menos deberían pedir lo mismo para los monumentos de los del otro bando en el Perdón, en el alto de Aibar etc.: que se resignifiquen y se dediquen a algo no relacionado con la guerra. Proponer la resignificación sólo para unos es inaceptable. O todos o ninguno.

Hay una propuesta factible que permitiría superar aquella tragedia y recuperar el espíritu de reconciliación del 78, hoy rechazado por el nuevo Frente Popular: que Los Caídos recuerde y honre a los que, con el error posible en toda acción humana, murieron por una causa noble en los dos bandos. Que un manto de Paz. Piedad y Perdón cubra el monumento.