Opinión

¿Y ahora qué?

Preguntas como:

Como el azúcar en un vaso de café con leche caliente se está diluyendo el denominado movimiento 15 M o movimiento de indignados, como también se le llama. Y es que un movimiento que comenzó con el apoyo general, masivo diría yo, de la ciudadanía y que se originó con unas expectativas brutales, tras varias semanas de asentamiento en diferentes plazas de nuestro país, se está deshaciendo como un helado en pleno agosto.



Los motivos fundamentales a mi entender son dos: Por un lado la poca coordinación de los líderes, las asambleas o los grupos organizadores que van solicitando ideas, propuestas, día a día a los ciudadanos pero que no saben qué hacer con ellas y no saben como ponerlas en practica, darles cauce o tramitarlas o al menos eso parece desde el exterior.



Y segundo, los propios políticos que viendo el panorama anterior no han hecho nada con la esperanza de que poco a poco pasara lo que está ocurriendo, que el cansancio y el hastío hicieran mella en los concentrados y al final las plazas de España se fueran vaciando de “indignados”. Los políticos profesionales que los primeros días sintieron cierto temor o al menos inquietud por la velocidad con que miles de personas salieron a la calle sorpresivamente, respiran tranquilos y aliviados….¡la vida sigue igual!.



Y es que lo que empezó como un canto a la verdadera democracia, una oposición al sistema actual de elección de nuestros representantes, una oposición a tantos y tantos políticos profesionales, ha terminado derivando en cientos de propuestas y cuestiones de todo tipo que son imposibles en general de llevarse a cabo, al menos a corto plazo.



Es posible que la semilla esté plantada y que solo falte madurar los textos o propuestas a debatir, pero lo que está claro es que por ahora la situación en la política española va a seguir de la misma manera.



Ignorante como soy del sistema, y con el descaro que me da esa misma ignorancia, me preguntó ¿Sería tan difícil que el año próximo además de las papeletas para elegir a nuestros candidatos al gobierno de la nación, se votase en otra papeleta unas simples cuestiones, preguntas sencillas, para que nosotros, pobres ciudadanos ignorantes, pudiéramos dar nuestra opinión y ésta sirviera para algo?

¿Piensa que las votaciones a las elecciones municipales y autonómicas tendrían que ser con listas abiertas?.



¿Cree que debería cambiarse el sistema de conteo de votos en las elecciones españolas, es decir la ley D’Hondt?



¿Cree que debería prohibirse que en una misma persona pudiera recaer más de un cargo político, es decir que pudiera cobrar más de un sueldo de la política?



¿Cree que debería restringirse los años en que una persona pueda ocupar un cargo público?



¿Cree que habría que acabar con las prebendas de los políticos: sueldos vitalicios, coches oficiales, gastos pagados, dietas, vuelos en primera clase…?



¿Cree que es el estado, o sea nosotros los ciudadanos, los que tenemos que sostener a partidos políticos y sindicatos y no sus afiliados o compromisarios?.



En muchos países se pregunta al ciudadano cuestiones menores que éstas y se modifican leyes, se aplican o no, según el resultado de ese referéndum. ¿Por qué no podemos hacer lo mismo? ¿Hay algo más democrático que el hecho de que sea el ciudadano el que decida sobre cuestiones tan importantes?.