Opinión

Y ahora ¿Qué?

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Más de media España viene padeciendo la sequía. Y más que lo va a sufrir una vez entremos de lleno en el período estival. Estas lluvias de abril, aún muy beneficiosas, no van a suponer la solución para una importante parte del país. Esto, con ser noticia en todos los medios de comunicación, no es nuevo. Llevamos años padeciendo escasez en mayor o menor medida, y los mismos años quejándonos. Todo el mundo tiene su opinión sobre algunas medidas que pueden adoptarse para paliarla. El trasvase del Ebro, el “no trasvase de agua” a Barcelona, la bondad de las desaladoras, la eficiencia en el uso... Y entre dimes y diretes aparece una noticia en prensa que debería dar que pensar. “Regantes aragoneses piden recibir agua del Embalse de Itoiz temporalmente” y se extendía el periodista en detalles de la zona, sus problemas y demás. En esta noticia puede resumirse lo que unos y otros han hecho para paliar los graves efectos del ciclo seco en que nos hayamos inmersos. Y de este modo, unos se salvan y otros…. quedan en entredicho.

Recientemente en unas Jornadas sobre Derecho de Aguas, precisamente en Zaragoza, el Presidente de la Federación de Comunidades de Regantes de la Cuenca del Ebro denunciaba en su intervención la dejadez de las instituciones que, viendo como año a año y desde hace tiempo no cesaba la sequía, no eran capaces de poner los medios para conseguir amortiguarla. Y es que –decía con razón- si hace quince o veinte años las diferentes administraciones se hubieran puesto a obrar en consecuencia, hoy los efectos no habrían de ser tan devastadores como –y aquí pronosticaba- lo van a ser este verano. Y finalizaba, consiguiendo captar la atención la ya entonces menguada concurrencia, señalando que la única excepción era Navarra. Que con la construcción del Pantano de Itoiz y del Canal de Navarra los navarros se habían dejado de lamentaciones y puesto manos a la obra. Itoiz ya se ha llenado para sus correspondientes pruebas. El Canal también es una realidad y llegará a nuestras tierras de La Ribera en un plazo relativamente corto. En resumen, el binomio Itoiz-Canal es un hecho.

Mientras, otros siguen lamentándose sentados mirando al cielo. El Estatuto de Aragón habla de trasvases, y no precisamente para realizarlos. La cota de coronación del recrecimiento del Pantano de Yesa se trató en las Cortes de Aragón, y no para aumentarla. Y en más de una ocasión he tenido que oír que ¡El agua es de a quién le llueve! Pero resulta que no llueve. Conforme pasan los años vuelve el ciclo seco y, cada vez, éste es más prolongado. Ya no queda tiempo más que para el lamento y el reproche. Durante años he presidido la Mancomunidad de Aguas de Cascante, Cintruénigo y Fitero (la más antigua de Navarra). Bebemos agua del Canal de Lodosa porque la dotación que tenemos de los Fayos (en Zaragoza) es simplemente testimonial. Con la construcción del Embalse del Val (una honrosa excepción) supusimos, dentro de nuestra candidez, que podríamos aumentar la dotación. ¡Qué cosas se nos ocurren a los navarros! El Presidente de la Confederación Hidrográfica del Ebro, en una cordial reunión celebrada en Cintruénigo nos dejó meridianamente claro que no se podía sacar una gota de la cuenca del Queiles, y mucho menos para Navarra. El presidente de la CHE, a pesar de entender perfectamente el problema y pensar que ese aumento de dotación estaba plenamente justificado nos dijo que nos olvidásemos del tema que, sencillamente, era imposible.hoy es el día en que regantes de Aragón piden recibir agua “temporalmente” y la ciudad de Barcelona precisa agua de Tarragona “puntualmente”. Y así va España. ¿No sería mejor hacer las cosas “definitivamente”?, porque, y me pregunto, ahora ¿qué?

Faustino León Chivite- Parlamentario Foral