Opinión

Vergüenza en Jueves Santo

Mediodía del Jueves Santo. Una pareja con un adolescente se acerca a la iglesia de San Nicolás. La mujer señala el tímpano románico y le explica a su hijo la importancia del mismo por la rareza de estar representada la Trinidad. Mientras comentan el significado de las figuras el hombre hace fotos a la fachada del templo y al entorno. Dirige la cámara hacia la calle Serralta y hace, con un gesto de cabeza, que la visitante mire hacia donde apunta el objetivo: su expresión es de desagrado. Entonces contemplo ese rincón y me cambia el color. Siento una vergüenza enorme por el estado de la plaza: basura, excrementos de palomas y abundantes palos caídos de los nidos de cigüeñas.

Al momento descienden camino de San Nicolás un grupo de tres turistas. La más joven lee un folleto explicativo sobre las excelencias de Tudela y la categoría de su patrimonio. Aprecian la fachada y se fijan en el estado de suciedad del entorno. No hacen fotos. La lectora resume lo leído: ”Rúa significa calle mayor, era la más importante de la Edad Media y el eje comercial del Casco Antiguo”. La significación de la zona contrasta con la dejadez de la plaza, que es tan difícil de no ver que parece que las miradas se centran en la basura en lugar de hacerlo en la iglesia. Al girar hacia Caldereros pueden disfrutar del ambiente: contenedores de basura, bolsas por el suelo, vallas con cintas de plástico, firmadas por la Policía Municipal, utilizadas para la procesión que pasó por esa calle días antes. Vergüenza de nuevo. Y para evitar seguir padeciendo vergüenza ajena me escondo en mi casa para que los frecuentes visitantes no me interroguen por el estado lamentable de la zona.

Eso ocurre habitualmente: fines de semana, celebraciones como Semana Santa o las de “Exaltación de la verdura” o en las Fiestas de Santa Ana. De nada sirve de tener un Casco Histórico de categoría, con una judería ensalzada en la publicidad turística, con un patrimonio que de estar restaurado en condiciones nos haría sentirnos orgullosos. De nada sirve si luego no se realiza la limpieza de las calles los días de más afluencia de visitantes, si no se cuidan los detalles como retirar las cintas y cables de los festejos. La imagen de Tudela es la de la riqueza monumental del Casco Antiguo, que es lo que visitan los turistas. Interesa, evidentemente, que dejen dinero; pero algo más, aparte de la gastronomía, habrá que ofrecerles.

Vergüenza puede sentir cualquier tudelano o amante de Tudela que contemple la falta de sensibilidad artística, histórica y medioambiental de los responsables municipales que toleran que nuestra ciudad sea presentada en harapos a los que vienen a visitarla.