Opinión

¿Un nuevo modelo económico para Navarra?

Estos años se han caracterizado por una buena evolución de los principales ratios económicas. La política desarrollada por el Gobierno de España ha permitido un crecimiento y prosperidad importante, y el mayor número de cotizantes al sistema de seguridad social jamás antes conocidos, aunque persistan problemas que debemos resolver.

Aunque las perspectivas económicas dependen del contexto estatal e internacional, la Comunidad Foral ha venido desarrollando desde hace décadas una política industrial que ha demostrado nuestras propias capacidades institucionales en el devenir del crecimiento y prosperidad económica. Sin embargo no podemos vivir en la autocomplacencia caracterizadora del actual ejecutivo foral. No basta sólo con pensar en que fuimos pioneros en determinados sectores, o en la pujanza de actividades empresariales habituales durante años, sino prever las actuaciones políticas de futuro. Por esto me pareció el anuncio del Vicepresidente Sr. Miranda, de “la necesidad de un nuevo modelo económico para Navarra, basado en la educación, la tecnología y las empresas innovadoras”.

Sin embargo, tras su comparecencia parlamentaria salimos con la conclusión de que tras las intenciones faltaban tanto concreciones como incluso las líneas estratégicas vertebradoras del nuevo modelo. Y es que sólo con titulares periodísticos no conseguiremos adelantarnos en el tiempo para animar, empujar y ayudar al mejor desarrollo económico de Navarra en el futuro. Tan sólo cortar y pegar. Se ve que la política económica va a consistir en administrar y gestionar, o adecuar, algo que ya existe. Mucho hablar de la innovación para afrontar los retos de la evolución económica, pero desde el ejecutivo sólo parecen innovar en marketing y publicidad.

Afortunadamente la sociedad civil navarra va por delante del ejecutivo. Tanto en el ámbito empresarial como sindical, están trabajando en el diseño que pueda permitirnos avanzar y superar la actual situación, que no siendo mala, tampoco es para siempre en esta economía globalizada y cambiante. Hoy la población activa es muy superior que cuando en los años ochenta se diseño el exitoso modelo de estas décadas, nuestras perspectivas no son malas, pero sigue persistiendo el monocultivo industrial y la diversificación esta pendiente, como también erradicar la siniestralidad laboral, y reducir la precariedad. De nuestra iniciativa institucional y social, o de la inacción, dependerá la evolución futura de la economía regional. Y en esta encrucijada, sobran fotos y faltan hechos.