Opinión

Un mundo rural vivo y sin limitaciones innecesarias

Ante las declaraciones en prensa de María Gracia Iribarren, Parlamentaria Foral del PSN-PSOE, no he podido evitar hacer algunos comentarios.

Por un lado, afirma que “el departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, amparado en las leyes, en Bruselas y en lentos y tediosos aspectos burocráticos, sigue sin dar respuesta a las reivindicaciones” del sector. ¿Se refiere al Departamento que en 2007 lanzó el primer Plan Anticrisis en España para el sector ganadero? ¿Al que apuesta por medidas para el mantenimiento de las rentas en el sector a través de la indemnización compensatoria de montaña, sistemas sostenibles, ayudas agroambientales...? ¿Al que apoya, de manera decidida, las inversiones en la industria agroalimentaria, explotaciones agrarias, Cumas, instalaciones en parcelas...? ¿Al que pone en marcha medidas nuevas para apoyar el sector vitivinícola y a la incorporación de la mujer al sector agrario? ¿Se refiere al Departamento más ágil y rápido de toda España en pagar las ayudas de la PAC? ¿María Gracia, estamos hablando del mismo Departamento de Desarrollo Rural y Medio Ambiente?

Por otro lado, manifiesta que, gracias al PSN, se ha dado luz verde recientemente a un proyecto de ley, el de la artesanía ligada a las explotaciones agrarias, “que intentaba dar respuesta a la demanda de diversificación del sector” y a “la posibilidad de que los agricultores y ganaderos puedan vender directamente a los consumidores los productos de sus explotaciones siempre que cumplan los mínimos sanitarios que se exigen”. Nada más lejos de la realidad. Dicho anteproyecto de ley no va a contribuir a esos dos objetivos que cita. En primer lugar, porque no es necesaria dicha ley para posibilitar que los agricultores y ganaderos puedan vender directamente, siempre que cumplan los mínimos sanitarios, puesto que ya lo están haciendo sin necesidad de esta ley específica.

Y, en segundo lugar, porque este anteproyecto de ley cercena y limita las actuales posibilidades de diversificación del sector, pretendiendo poner corsés y puertas al campo en muchas de las actuales fórmulas de diversificación. Sólo caben los agricultores a título principal, ¿por qué no otros que también pueden ser vitales para mantener el tejido rural? Sólo se permite la venta directa de productos de la propia explotación, ¿por qué no puede uno aprovechar a vender lo suyo y lo del vecino?, solamente se permite elaborar y transformar lo de la propia explotación, ¿por qué no puede un artesano del queso elaborar la leche del ganadero vecino, si ambos ganan y también el consumidor? Precisamente este anteproyecto de ley contribuye a crear una innecesaria maraña más de “leyes y lentos y tediosos aspectos burocráticos” que tanto se critica en su artículo.