Opinión

Tudela, la de tus obras

Hace tiempo el ayuntamiento nos sorprendió con grandes carteles que rezaba “Tudela, la de tus compras”, este lema, más propio del Corte Inglés o de otra gran superficie, me pareció muy poco acertado.

La Tudela de tierra de culturas distintas, de árabes, judíos y cristianos, la Tudela reflejada en el Ebro, la Tudela romántica y gótica, la Tudela fronteriza, la Tudela de Sancho VII El Fuerte, era Tudela la de tus compras. El Ayuntamiento no encontraba un lema mejor que el reflejar en un cartel la idea de Tudela como un gran hipermercado.

Tiene guasa el tema, cuando cualquier ciudadano de otra población cercana despotrica hasta la saciedad por el tráfico que soporta, por los atascos o por los problemas de aparcamiento cada vez que viene a comprar a nuestra ciudad.

Pero puestos a encontrar lemas y frases para definir Tudela. ¿Qué tal: Tudela, la de tus obras? Frase mucho más cercana a la realidad sin duda alguna.

Y es que esto es un cachondeo, que creo que es la palabra que más se ajusta a los que ocurre con las obras en el Ayuntamiento tudelano, un verdadero cachondeo.

No puedo imaginar que en el sector privado pudiesen ocurrir actuaciones similares a las que día tras día, los medios de comunicación ofrecen de nuestras obras públicas.

Lo último en despropósitos es la piscina cubierta, obra que sigue los pasos del Teatro Gaztambide y que hace escasas fechas fue noticia, no por los retrasos y más restrasos, ni por el incremento del presupuesto (temas ya tan usuales en las obras tudelanas que no soprenden) sino por ser causa de una “ocupación” municipal, con policía, rotura de candado y que verán ustedes como “traerá cola”.

Estos hechos, que más se parecen a un chiste de Lepe que a una realidad tudelana, no son sino el colfón de otros muchos hechos también “de chiste”.

Y es que lo que en el ámbito privado sería considerado como sancionable y a la empresa se le podría “castigar” por no cumplir los plazos en el tiempo establecido o el presupuesto, en el sector público no sólo no se recrimina, sino que se le contrata para acometer otra obra cumbre: el Teatro Gaztambide.

El teatro tudelano es una obra que pasará a la historia como la obra más cara y más veces aplazada del Ayuntamiento. Una obra paralizada, reconsiderada, nuevamente proyectada y adjudicada, que tras todas estas adjudicaciones, retrasos y paralizaciones, el gran teatro va a costar el doble de lo proyectado en dinero y cuatro veces más en el tiempo.

Pero aún hay más, qué decir de los líos y problemas con la peatonalización de la Plaza Nueva y Carrera, y de los problemas del tráfico que sufrimos con ésta. Del Kiosko que tras remodelarlo se tuvo que arreglar por no caber los músicos de la banda en él. De las “baldosas trampa” que tantos problemas y arreglos están causando. Y qué decir de lo acontecido con la Torre Monreal que meses después del anuncio de su inauguración aún no se había abierto. O Herrerías y su peatonalización, que también divide a los tudelanos, o el parking de Elvira España, la Catedral o Sementales, que también han dado lo suyo.