Opinión

Tiempo de balance

Es este el momento de hacer balance, porque el año termina. Por ello, estos son los días más apropiados no sólo para plantearse lo mejor para el año que se acerca, sino para saber dejar atrás los errores y afrentas que este desnortado 2012 nos ha traído, guste o no.



A buen seguro, nos encontramos en la encrucijada que representa saber dejar atrás -con dignidad- valores, metas y objetivos que durante lustros nos sirvieron para marcar el camino, y que ahora vemos desmoronándose ante nosotros o que, sencillamente, ya no sirven.



Estamos, es evidente, ante la llegada e implantación contundente y firme de una nueva era, y la reflexión personal que a cada uno se nos antoje deberá girar en torno a una realidad que se aleja y un horizonte absolutamente desconocido pero que debemos asumir -tranquilos- como un reto, de forma alegre, hasta simpática, porque tras el balance, probablemente "cargante", que arrastramos hasta ahora, el silencio del vacío que tenemos ante nosotros, nos resulta más aparatoso y complejo de lo que realmente es. ¡Por ello, adelante!

Es el tiempo preciso, el instante adecuado, para, sin miedo, dar el paso de dejar atrás cuanto entorpece nuestro camino.



Simplemente partimos de premisas erróneas. Lo que hasta hace nada servía y era casi ley, ahora representa una quimera y hasta un grave error.

Por ello, aprovechemos este tiempo de balance que representa la Navidad y el fin de año para hacer borrón y cuenta nueva y seguir adelante sin complejos.



Es nuestro sino más humano y nuestra necesidad más fútil. Como dijo Einstein, "no pretendamos que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo". ¡Ánimo y Salud para el 2013!