Opinión

Sr. Izco, ¡deje en Paz a Ribaforada!

Sr Izco: quiero que sepa que ésta es la última vez que respondo a través de la prensa a sus acusaciones, realizadas una vez más como es habitual en usted: con mala fe, ignorancia palpable y falta de información. No merece usted, señor Izco, que le dedique más minutos de mi tiempo, aunque sí quiero que conozca de primera mano, y para que vuelva a dormir tranquilo, lo que he cobrado hasta ahora en el Ayuntamiento: 900 euros de dietas en 2008 por asistencia a los Plenos y como miembro de tres comisiones.

También le digo lo que voy a cobrar a partir de ahora como Alcaldesa: exactamente lo mismo que los concejales del Partido Socialista.

No sé si estará informado de que, con el nuevo reparto de asignaciones a corporativos, el Ayuntamiento de Ribaforada se va a ahorrar más de 13.000 euros anuales en sueldos a concejales. Como intuyo que las matemáticas no son su fuerte, le diré que son más de dos millones de las antiguas pesetas que, no lo dude, repercutirán en mejorar los servicios que se dan a los vecinos de Ribaforada. ¿O cree que sería más responsable por mi parte dedicar media jornada cargando al Ayuntamiento con el salario de un funcionario de nivel A, que es el que yo desempeño?

Debería usted saber, como profesional de la política, que las dietas por Plenos y Comisiones se justifican con la asistencia a los mismos. Es decir, el tiempo que yo dedique al Ayuntamiento, bien sea por la mañana o por la tarde, no está remunerado.

Tampoco está escrito que yo deba dedicarme a la Alcaldía en un horario concreto. Por otra parte, debería enterarse de lo que se paga por dietas en otros Ayuntamientos riberos gobernados por el PSN, donde la asistencia a los Plenos se paga entre los 80 y 90 euros por los 60 de Ribaforada.

Una única cosa más, señor Izco: le pido por favor que deje en Paz a Ribaforada y no siga haciendo más daño del que ha hecho usted a este Ayuntamiento. No siga haciendo el trabajo sucio de otros, ni siga escudándose cobardemente detrás de comunicados. Si quiere que le aclare algo o lanzarme cualquier tipo de acusación, hágalo cara a cara si es que tiene el valor. Solicite en el Ayuntamiento una reunión conmigo. Le aseguro que le recibiré encantada, aunque sepa de antemano que le exigiré un poco más de respeto hacia mí del que ha tenido hasta ahora.