Opinión

Sobre el reglamento de los “Centros de reunión de ocio y Cuartos de fiestas”

Con los votos en contra de la oposición, se aprobó inicialmente en el Ayuntamiento de Tudela el Reglamento para los “Centros de reunión de ocio y Cuartos de Fiestas”.


De esta manera Tudela se une a la lista de localidades navarras, que desde el pasado año vienen regulando este tipo de actividades. Con menos acierto que en otras poblaciones, puesto que este Reglamento se convierte en uno de los menos permisivos de Navarra.


Sí que era necesario una reglamentación municipal, por la propia seguridad de los jóvenes y el poder compaginar el disfrute con el descanso de los vecinos. Es constatado, por otra parte que, en la mayoría de los locales donde se vienen desarrollando estas actividades no se reúne unos mínimos requisitos de seguridad y salubridad. Locales por los que, en la mayoría de los casos, se están pagando unos precios abusivos.


La seguridad de los propios jóvenes integrantes de los “cuartos” deberían haber sido los principales pilares en su confección, sin imponer más deberes que los necesarios. Esta normativa es excesivamente reglamentista, con muchas restricciones y obligaciones, pero se han olvidados de los derechos de los ciudadanos y de los jóvenes a divertirse, no han tenido en cuenta el entramado festivo de esta ciudad.


Esta normativa esta llena de ambigüedades, no está claro que se entiende por “Centro de Reunión de ocio” y tampoco están bien delimitadas las responsabilidades de arrendador y arrendatario de los locales.


La realidad social tampoco se ha tenido en cuenta. ¿Cómo es posible exigir los mismos requisitos a un local alquilado para las fiestas que para todo el año?


Un reglamento que, si no se pone remedio, supone un recorte de libertades de nuestros jóvenes cuando bastante tienen al conformarse con unas fiestas repetitivas y carentes de nuevas iniciativas.


El consejo de Juventud debería de haber desempeñado su función como órgano consultivo, para elaborar una normativa sobre este asunto que pueda dar respuesta a la situación actual. Debería ser en este órgano donde se debatiera un Reglamento más acorde con la realidad social teniendo en cuenta a todos los jóvenes implicados, a los padres o tutores y a los propietarios de los locales.


Apelamos al sentido común para poner freno a este Reglamento y que sean los jóvenes los protagonistas en esta historia.


Roberto Les Cornago