El garrafón es algo que en cuanto al consumo de bebidas alcohólicas en establecimientos (bares de copas, etc.) hemos vivido y seguimos viviendo, aunque en menor medida, jóvenes y no tan jóvenes.
Para intentar evitarlo existen leyes, con sus normas para combatirlo, siendo las policías y los inspectores de sanidad, éstos últimos escasos, los representantes directos del Gobierno de la Nación, para su cumplimiento. En estos momentos en la sanidad española existen muchos y graves problemas más importantes que el garrafón, que hay que solventar.
El Ministerio, en vez de preocuparse políticamente del garrafón, debería, y es su obligación, luchar social y sanitariamente mediante medidas legales u otras que se puedan crear, para que el menor tenga más difícil acceso a las bebidas alcohólicas y a su consumo, a través de campañas publicitarias más efectivas que en las actuales, en los colegios, destinadas a la familia... No olvidando a los mayores de 18 años, a los que no se les puede prohibir el consumo de bebidas alcohólicas, pero sí recomendar, que si se consumen, se haga con la máxima moderación.
Conseguiremos mucho.
