Opinión

Sahara: El precio de los fosfatos por las nubes

Los últimos hechos violentos en el Sahara ocupado por el rey de Marruecos (¿Quién lo eligió para "tan alto cargo"?), son sin lugar a dudas condenables. Quizá hubiera que exigir a algunos de nuestros políticos que condenden la violencia del rey de Marruecos, como ellos exigen a otros que condenen la violencia de ETA. Nosotros condenamos todas las violencias: Incluidas las de las guerras por petróleo que generan nuestros propios gobiernos.



La violencia sólo tiene un camino posible: Empeorar.



Cabe preguntarse qué diablos es lo que tiene el Sahara para que este personaje y sus apoyos Franco-Estadounidenses tengan tanto interés en controlar un territorio que básicamente es un desierto.



La respuesta es simple: Fosfatos. Una de las posibles (no la única) piedras angulares del inminente futuro eléctrico renovable en su vertiente de almacenamiento de electricidad y movilidad autónoma y limpia, basada (entre otros posibles candidatos) en las baterías de Fosfato de Hierro-Litio. Y por añadidura, el principal material de insumo para la fabricación de abonos y fertilizantes.



Estamos realmente hartos de como los "poderosos" (léase gentuza sin escrúpulos) siempre creen que pueden conseguir lo que quieren, aunque tengan que morir niños, mujeres y ancianos. Ignorantes descerebrados hijos de...



Jamás abogaremos por echar más leña al fuego de la violencia, pero la prepotencia y el descaro de algunos "líderes mundiales" parece no tener límite...



¿Quieren que le quitemos hierro al asunto, diseñemos baterías sin fosfatos y de repente se queden bailando el tango en el aire, como les está pasando a los guerrero-petroleros?... ¡Porque aquí tenemos acceso directo preferente a la fuente de la imaginación constructiva científico-técnica y estamos dispuestos a demostrar que no hay recurso material indispensable que se pueda monopolizar, amén de que ya tenemos claro que la agricultura sin fosfatos es práctica, limpia, sana y rentable!



Sólo queremos recordar a estos dirigentes, que en este mundo sin dios, todo termina pagándose, que el dinero no puede estar por encima de la vida, y que hablando se entiende la gente. Que dormir tranquilo quizá implique un poco de contención, equilibrio y compasión. Pero merece la pena.



Y que algunas líneas rojas no deben sobrepasarse nunca.



Porque son las que nos separan del puñetero caos que algunos montan adrede, siempre con la intención de pescar algo...



Y suele resultar por la ironía que inunda cada rincón de la realidad, que lo que pescan no tiene nada que ver con lo que buscaban. Y les termina comiendo por dentro...



¡Qué pena y asco dan, coño!



Señora Codicia: Creerá usted que ha ganado la guerra... ¡Tal es su estupidez inherente!