No hay nadie que desconozca en la Ribera que este fin de semana se han estado celebrando las XV Jornadas de Exaltación de la verdura. Se ha dado publicidad al evento en los medios de comunicación de Navarra y también en los nacionales. Se ha invitado a las gentes de fuera a acudir a tan magno acontecimiento. Al llegar han disfrutado de unos productos inmejorables y de la hospitalidad familiar propia de los tudelanos.
Lástima que la ciudad no haya estado a la altura de las circunstancias. Se intenta vender Tudela a través de la verdura, pero la imagen que transmite a los viajeros es de suciedad y de dejadez. No había más que pasear como cualquier turista por las calles más emblemáticas de la parte histórica para darse cuenta del abandono y de la falta de cuidado en la limpieza. Aparte de los lugares por los que pasaba la comitiva de nuestros representantes y organizadores de la celebración, junto con sus ilustres invitados, Plaza Nueva, Plaza del Ayuntamiento, Paseo del Queiles y Herrerías, el resto del Casco Antiguo se encontraba en una situación lamentable.
Simplemente recorriendo la Plaza del Mercado, Rúa, Caldereros, por citar las más céntricas y transitadas, uno se encontraba con contenedores de basura rebosantes de bolsas, cajas de cartones, ropas viejas y demás restos de la resaca de la fiesta. No sólo no se había cuidado en evitar la vista de los contenedores, sino que éstos no habían sido recogidos, las calles no se habían barrido y el aspecto del barrio era el de un territorio por el que ha pasado el tsunami.
Ya sabemos que todos somos culpables por la suciedad de las calles, por nuestra falta de civismo; pero nuestros responsables políticos deberían mostrar mayor preocupación estética, de respeto por la historia y por la ciudad, para cuidar la imagen que se está dando de Tudela a esos miles de invitados que vienen por las fiestas, y que han de encontrarse con la mejor cara de nuestra ciudad. Para que el acontecimiento no se convierta, de hecho, en el de la Exaltación de la Basura.
